Thoth el Atlante, Etey y Ptahhotep
Libro de los Nacidos en la Luz.
Revelaciones de los Divinos Atlantes
- Anotado por Anna Zubkova
- Editor de la versión rusa
Dr. Vladimir Antonov - Con comentarios de
Pitágoras, Elisabeth Haich y Vladimir Antonov - Traducido por Juan-Cruz Aguirre
Los Maestros Divinos que vivieron en la Atlántida siguen dando Su Conocimiento a las personas que habitan la Tierra hoy día. Ellos enseñan, entre otras cosas, acerca de los principios de la educación espiritual, sobre la evolución de la conciencia y sobre el significado de nuestras vidas, así como sobre su realización.
Fe y Conocimiento
El fundamento de la fe es nuestra confianza en aquello que escuchamos o leímos. Esto se aplica igualmente a los temas religiosos.
En cuanto al conocimiento, se adquiere, primariamente, a través de la propia experiencia práctica.
Hay muchas diferentes clases de fe religiosa.
Por el contrario, el conocimiento religioso es uno y universal, aunque existen diferentes niveles, más o menos profundos, de este conocimiento, y puede haber errores de determinados buscadores espirituales.
El conocimiento personal de uno mismo y de Dios es lo que capacita a una persona intelectualmente desarrollada para obtener los logros espirituales elevados y supremos.
* * *
La fe es necesaria para muchas personas en las etapas tempranas de su desarrollo espiritual, porque ella sienta las bases para su aspiración al conocimiento.
El ritualismo eclesiástico es la más común forma socialmente establecida que ayuda a adquirir y reforzar la fe. Los rituales religiosos pueden ser más o menos razonables y eficaces. Algunos rituales pueden ayudar a que uno sienta la presencia de Dios. Otros, por el contrario, pueden considerarse criminales; tales son, por ejemplo, los relacionados con los sacrificios sangrientos o los dirigidos a dañar otras personas (los rituales de magia negra).
Además, uno debería tener en cuenta que, en el trasfondo del ritualismo, siempre se ofrece a los creyentes algún tipo de ideología característica de ese movimiento religioso. Esta ideología puede variar desde las verdaderas enseñanzas de Dios hasta un odio hacia la humanidad revestido de ropajes religiosos.
Pero incluso en el caso de los mejores rituales religiosos, en alguna etapa del autodesarrollo uno empieza a entender que ¡Dios nunca ha enseñado ritualismo a la gente! ¡Son las personas las que inventaron los rituales y los transmitieron a las siguientes generaciones!
Por otra parte, ¡Dios no necesita nuestros rituales! Él necesita de nosotros algo completamente diferente: ¡Él necesita que nos desarrollemos nosotros mismos (como almas)! Y el «pan de cada día» que Jesús sugirió pedir a Dios Padre ¡no es el alimento para nuestros cuerpos, sino el más elevado conocimiento espiritual y la guía espiritual del Creador!
* * *
Que cada persona razonable piense y se formule las siguientes preguntas: ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Qué quiere Él que yo sea?
Jesús dijo: «¡Sean perfectos, así como su Padre Celestial es perfecto!» (Mateo 05:48).
También dijo: «He conocido al Padre» (Juan 17:25). «Así como el Padre Me conoce a Mí, así Yo conozco al Padre» (Juan 10:15). «Yo y el Padre somos Uno» (Juan 10:30). En consecuencia, «¡Aprendan (esto) de Mí!» (Mateo 11:29).
¿En qué consiste la Perfección del Creador?
A fin de hallar la respuesta a esta pregunta es necesario, antes que nada, entender que Dios Padre no es un anciano montado en una nube, tal como a veces le representan. Él es el infinito Océano de la más sutil Conciencia que mora en la profundidad del Absoluto multidimensional.
Él es también el absoluto Amor, la absoluta Sabiduría y el absoluto Poder.
¡Esto es lo que debemos aprender de Él! Y nosotros ¡deberíamos pedirle que nos ayude, primera y principalmente, con el cumplimiento de esta tarea!
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Uno debería comenzar este proceso de aprender de Dios estudiando los principios éticos sugeridos por Él, con el fin de cambiar uno mismo de acuerdo con Su Voluntad.
También es importante entender lo que Dios es; entender qué es el hombre; entender cuál es el significado de la vida humana en la Tierra, y cuáles los principios para llegar a hacerlo realidad.
Después de esto se pueden usar los métodos para la limpieza del cuerpo y sus estructuras energéticas de la contaminación energética, y comenzar a trabajar en la «apertura» y posterior desarrollo del corazón espiritual. Esto último capacita a los buscadores espirituales dignos para cumplir los mandamientos de Jesús el Cristo anteriormente citados.
¡Ama al Señor, tu Dios! ¡Ama a tu prójimo!
«¡Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda el alma y con todas tus fuerzas!» (Deuteronomio 6: 5), «…¡Ama a tu prójimo como a ti mismo!…» (Lev 19:18); estas son dos declaraciones de la Biblia hechas por los profetas hebreos y repetidas por Jesús el Cristo como los más importantes mandamientos de Dios para los Hebreos en aquellos tiempos antiguos (Mateo 22: 37-39; Marcos 12: 30-31; Lucas 10:27).
Sin embargo, muy pocas personas son capaces de entender lo que significan estos mandamientos, ¡por no hablar de su cumplimiento!
… Estoy recordando ahora cómo en cierta ocasión me dirigí a un aparentemente buen hombre, un joven que dio muestras de su amor hacia la naturaleza…
… Y el amor hacia la naturaleza es muy importante en el Camino del desarrollo espiritual, ya que sin un desarrollado amor hacia la Creación ¡uno no puede enamorarse del Creador y acercarse a Él mediante el estado del alma! Todas las demás variantes del «amor a Dios» ¡no son nada más que autoengaños o engaño! El Creador no acepta el «amor» hacia Él que procede ¡de una persona que no ama Su Creación!
… Le sugerí a ese hombre que se familiarizara con nuestros materiales en ecopsicología —la rama de la ciencia que le permite a uno avanzar significativamente hacia la realización práctica de los antes mencionados fundamentales mandamientos de Dios.
Pero el hombre respondió: «Gracias, pero no. ¡Tengo la Biblia!».
… Una persona razonable estudia los mandamientos de Dios y hace esfuerzos para transformarse a sí misma de acuerdo con ellos. Una irrazonable sólo adora los libros donde están escritos esos mandamientos…
Una persona razonable entiende el amor hacia Dios como, entre otras cosas, la realización de Sus Instrucciones, que nos recomiendan espiritualizarnos a nosotros mismos, el servicio a Dios y ¡aspirar a acercarnos más a Él —nuestro Amado Supremo— a través del conocimiento de Él y la Unión con Él en el Abrazo de Amor! Y esto es lo que una persona razonable trata de hacer, mientras que una irrazonable… tan sólo mendiga de Él, y habiendo caído en la trampa de alguna secta, comienza a odiar a todos los que piensan y hablan de una manera diferente de las formas que son habituales dentro de esa secta…
… Una pequeña persona irrazonable no es capaz de abarcar con la mente toda la grandeza del universo multidimensional: esta persona piensa en escalas mucho más pequeñas. Las palabras y los pensamientos acerca del (para ella) invisible Dios asustan a esta persona, y comienza a fantasear y crear imágenes de fábula sobre ficticios «dioses» y otras fuerzas, que podrían ser malos, dañinos y punitivos o, por contra, amables y protectores… De esta manera, se crean primitivas variantes «paganas» (i.e., «folclóricas», «populares») de la fe…
Por el contrario, una persona razonable, alguien que es consciente de que el universo es infinito, sabe que el Creador no es un invisible anciano volador o algún otro ser. Él es el Océano Viviente de la Más Sutil Conciencia Que habita en la primordial profundidad del espacio multidimensional y que está en pleno proceso de Su incesante desarrollo. Él es Uno para todas las personas encarnadas por Él en la Tierra, y para todas las demás formas de vida, encarnadas y no encarnadas, en la totalidad del espacio cósmico. Y las leyes, los principios de la existencia sugeridos por Él para todas las personas, son iguales y los mismos para todo el mundo.
Y dicho sea de paso, no hay «fuerzas oscuras» que puedan competir con Él en poder, porque ¡Él es Omnipotente!
Sí, la lucha entre «la luz y la oscuridad» de hecho acontece o puede acontecer, en primer lugar, dentro de nosotros mismos (es nuestra lucha con nuestros defectos) y, en segundo lugar, fuera de nosotros, pero bajo Su pleno control y por nuestro bien (esas son las lecciones con la participación de seres malvados encarnados o no encarnados; lecciones que nos son dadas por Él, nuestro Maestro Supremo).
Con el fin de ayudarnos a soportar esta lucha y que nosotros mismos nos desarrollemos aún más, el Creador nos dio Sus Enseñanzas, que son las mismas a todo lo ancho del universo. Él ha impartido esas Enseñanzas muchas veces a la gente sobre la Tierra en diferentes épocas del desarrollo de la humanidad bajo diferentes configuraciones históricas; por consiguiente, tenían diferentes énfasis. Todo el mundo puede llegar a familiarizarse con esas Enseñanzas integradas por nosotros en el libro [3] y en nuestros otros libros y conferencias.
Sin embargo, las personas también crearon las asociaciones religiosas sectarias basadas en conceptos que son, o bien absurdos, o representan diferentes desviaciones de las Enseñanzas de Dios, incluyendo sus perversiones intencionales o involuntarias. Ejemplos tales son las sectas satánicas, donde sus miembros buscan la protección de fuerzas del mal no encarnadas y se esfuerzan con toda deliberación en servirles; también existen sectas donde los miembros creen en dioses «nacionales», y las asociaciones que usan falso ritualismo en vez de estudiar las Enseñanzas de Dios y el dominio de los métodos de autotransformación de acuerdo con esas Enseñanzas. Además, existen sectas cuyos principales ejes confesionales son el terror contra los «infieles» y la incitación al consumo de drogas y el suicidio…
Es de esperar que las personas razonables comprendan todo esto y entiendan, entre otras cosas, cuán absurdo es cantar oraciones sin fin y hacer varios «religiosos» movimientos corporales. Por cierto, ¡Dios jamás ha enseñado estas cosas a la gente! Y ¡entendamos que Él no necesita eso! Él necesita de nosotros una cosa enteramente distinta: Él necesita que aspiremos a la Perfección —me refiero al mandamiento de Jesús el Cristo: «¡Sean perfectos, tal como su Padre Celestial es perfecto!» (Mateo 05:48).
Él está directamente interesado en nuestra Perfección espiritual. Quienes han alcanzado un nivel de desarrollo de Amor, Sabiduría y Poder comparable al de Él, así como la sutileza necesaria de las conciencias, afluyen a Él y por lo tanto le enriquecen consigo mismos.* Así pues, ¿qué tienen que ver las plegarias* y los diferentes movimientos corporales «religiosos» con todo esto? ¡No hacen que las personas se vuelvan mejores!
El Camino a la Perfección es algo completamente diferente: ¡es el desarrollo de uno mismo en los cuatro parámetros antes mencionados! Esto y ¡sólo esto será la verdadera participación en la religión (en contra de lo que tantísima gente piensa)!
Hemos discutido en detalle el tema de la metodología del desarrollo espiritual en muchas publicaciones [1–3, etc.] y películas*. Entre otras cosas hemos hecho, por vez primera, un análisis temático de las Enseñanzas de Jesús el Cristo (haciendo uso de los contenidos de los Evangelios Apócrifos) [1–2]. Así pues, ahora no vamos a repetir muchos otros mandamientos esenciales que Jesús nos dio por el bien de nuestro avance hacia la Perfección. En lugar de eso aquí tiene más sentido hablar sobre los dos mandamientos de Dios mencionados al inicio de este artículo.
Así que, ¿cómo puede uno realmente enamorarse del Creador con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas de uno? ¿Cómo se puede aprender a amar a otras personas tal como uno se ama a sí mismo?
* * *
Y ¿qué es el corazón, en el contexto de los asuntos espirituales?
Algunas personas tratan de encontrar el corazón espiritual en el corazón material.
Otros fantasean que, puesto que el corazón material está situado en la parte izquierda del pecho, entonces el corazón espiritual tiene que estar situado en la parte derecha.
Aún otros entienden el corazón espiritual no como una estructura, sino como un agregado de todas las emociones humanas. Interpretan el lema «vivir con el corazón» simplemente como vivir sin tratar de controlar, ni regular con la mente y la voluntad, las propias emociones de pasiones sexuales, de celos, envidia, odio, etc. Esta idea fue adoptada por los «clásicos» de la literatura del histórico período «soviet» en Rusia, y muchas generaciones de escolares que estudiaron esa literatura se educaron bajo esta falsa idea… La mayoría de la población adulta de nuestro país también sigue pensando de la misma manera en la actualidad…
Pero, de hecho, el corazón espiritual es una estructura bioenergética real, presente —al menos en su forma embrionaria susceptible de desarrollo— en cada persona (al igual que está presente en todas las especies altamente desarrolladas de los animales: mamíferos, pájaros). Inicialmente, se encuentra en el chakra anahata, es decir, en el pecho, donde se hallan los pulmones. Este es el chakra* donde el corazón espiritual puede comenzar a desarrollarse, y luego, desde este chakra, crece hacia el exterior del cuerpo material. El corazón espiritual es fundamentalmente importante en el Camino espiritual ya que genera las emociones del amor cordial, mientras que otros estados se generan en otros chakras.
No obstante, para esto han de crearse ahí las condiciones adecuadas. Un crecimiento natural del corazón espiritual tiene lugar en las situaciones que nos inducen a sentir emociones alegres de amor —amor hacia una persona querida con trasfondo de relaciones sexuales, el amor hacia los niños, el amor por los animales apacibles, al amor hacia la tierna belleza de la naturaleza o hacia meritorios trabajos de arte de diferentes géneros, etc.—. ¡Este es el motivo de que todo esto sea tan extremadamente importante para nuestro desarrollo espiritual!
También hay métodos especiales que aceleran el crecimiento del corazón espiritual. Estos son, en primer lugar, los ejercicios psicofísicos. Más adelante uno puede practicar las meditaciones en los sitios de poder; posteriormente dominar la comunicación directa con los Representantes del Creador o Espíritus Santos y comenzar a aprender directamente de Ellos, armonizándose uno con Ellos y uniéndose con Ellos [2]. Como resultado de este trabajo, un practicante espiritual que haya estado haciendo este tipo de esfuerzos durante varios años se convierte en un corazón espiritual gigante y Divinamente sutil, un corazón que es incomparablemente más grande que su cuerpo material.
Sólo después de convertirse en semejante Conciencia (Alma) tan grande y sutil —la cual consiste, principalmente, en el corazón espiritual desarrollado hasta el nivel Divino—, esta persona adquiere la habilidad de interactuar fácilmente con los Espíritus Santos y con el Creador en Su Morada. Lo siguiente es la Unión con el Creador. La posterior actividad en la Creación, dedicada a ayudar a los seres encarnados, es realizada por tal Persona desde el estado de Consubstancialidad con el Creador.
Los métodos adecuados para el desarrollo del corazón espiritual son descritos por nosotros en [2] y mostrados en nuestras películas. Pero es especialmente importante tener en cuenta que uno no puede alcanzar el éxito en este trabajo sin una corrección intelectual de la propia esfera emocional y del propio comportamiento. Con el fin de destruir en nosotros mismos los falsos patrones de reacción debemos estudiar una y otra vez las correspondientes recomendaciones de Dios y utilizar el método del arrepentimiento [2]. Si no hacemos esto, no vamos a ser capaces de pasar las pruebas que nuestros Maestros Divinos —Espíritus Santos— ofrecen a cada persona que avanza en el Camino espiritual.
… Cada uno de nosotros debería entender además que nosotros no somos cuerpos materiales. Somos conciencias (almas). Estamos encarnados por Dios en cuerpos materiales sólo por un tiempo —por el bien de nuestro futuro desarrollo—. Pero hasta que lleguemos a ser conciencias grandes y correctamente desarrolladas no seremos capaces de experimentar plenamente que no somos idénticos a nuestros cuerpos.
… Existe un ampliamente generalizado error típico de muchos esoteristas, especialmente de aquellos que tratan de desarrollarse a sí mismos a través de las artes marciales orientales. Consiste en poner el énfasis en el desarrollo del dantian bajo (hara): un complejo de los tres chakras inferiores. Así, ellos desarrollan el aspecto poder de las conciencias, pero sin amor ni sutileza (estas últimas cualidades están presentes en este tipo de personas sólo en las buenas películas, pero no en la realidad).*
El poderío de la conciencia es necesario, pero tiene que ser desarrollado después de que se haya desarrollado el aspecto amor, no antes de esto. De lo contrario, puede resultar muy difícil evitar el crecimiento de los defectos éticos en uno mismo y el endurecimiento de la conciencia, lo cual le conduce a uno no a la Morada del Creador, sino a las «tinieblas de afuera» (en los términos usados por Jesús el Cristo), es decir, al infierno.
El aspecto poder de un alma que se desarrolla correctamente es su inquebrantable poder de amor dirigido hacia el Creador. Este poder le permite a uno desechar todos los apegos a lo terrenal, superar todos los obstáculos exteriores en el Camino hacia la Meta Suprema, y llevar a cabo con eficacia el servicio a Dios, manifestado en el servicio espiritual a las personas.
* * *
Examinemos el tema de servicio a Dios con más detalle. Ya hemos comentado que la Conciencia Universal evoluciona sin cesar. Esto constituye Su Vida y esto es lo que Le interesa. En aras de esto, Ella nos ha incluido a nosotros —almas encarnadas por Ella en cuerpos materiales— en el proceso de Su desarrollo evolutivo. Por tanto, cuanto más intensivamente nos desarrollemos nosotros mismos, mejor es para la Conciencia Universal. Esto significa que la más alta forma de servicio a Dios es una ayuda eficaz a las personas en su desarrollo espiritual.
Para una persona que está progresando espiritualmente es muy importante aprender a vivir experimentándose a sí misma como una parte integral del Indiviso Flujo Evolutivo de la Conciencia Universal.
En este caso, no soy yo el que se desarrolla a sí mismo, sino que somos nosotros, unidos, quienes nos desarrollamos a nosotros mismos, nosotros como la entera totalidad de las almas, los que vamos hacia el Creador. De esta manera, un sentimiento de consubstancialidad con todas ellas, y así pues con el Objetivo, hacia El Cual caminamos, se yergue. Esto, en particular, le permite a uno deshacerse del propio «yo» egocéntrico y desarrollar completo y sincero desinterés en el trabajo de ayudar a otras personas que también están hollando este Camino.
Además, en esta tesitura, no puedo ni tan siquiera tener un fugaz pensamiento de que alguien me supera o me sobrepasa en algo —y, por lo tanto, que tengo que detener a esa persona—. Por el contrario, si en este Flujo alguien se mueve más rápido que yo, ¡yo mismo le ayudo a moverse más rápido aún!
No puedo ni siquiera pensar en quitarles algo a los demás: yo y nosotros estamos unidos; nosotros somos yo…
La consubstancialidad de las almas, unidas en este Flujo Evolutivo común, está representada en el segundo mandamiento Bíblico que hemos mencionado.
Lo que es más importante en nuestras vidas
¿Qué es —objetivamente—lo más importante en la vida de cada persona en la Tierra? Es la comprensión, desde el punto de vista filosófico, del sentido de la propia vida y de las vías para hacerlo realidad. Sin conocer este aspecto fundamental de nuestra existencia, ¡uno no puede formar una cosmovisión correcta ni, por tanto, planificar estratégicamente la propia vida! Incluso una elección correcta en cada situación éticamente significativa depende de la comprensión de la estructura del universo, de las razones de nuestra existencia en él y de nuestras tareas en él —tanto en el aspecto del desarrollo personal como en relación al papel de uno en la vida de la sociedad—.
Si todas las personas tuviesen este conocimiento su vida sería mucho más armoniosa, tanto en la faceta personal como en la social. Ese conocimiento reduciría significativamente toda una serie de acciones egoístas y agresivas, así como los casos de drogadicción; ¡la salud de la gente sería mucho mejor! Y los destinos de muchas naciones y países cambiarían de forma significativa: esos destinos, también, dependen de la actitud del Creador hacia la ética de las naciones en nuestro planeta.
Uno podría esperar encontrar respuestas y explicaciones claras sobre este tema en los movimientos religiosos de masas, pero este no es el caso. Y ¡en ausencia de tal conocimiento fundamental, los puntos de vista religiosos inevitablemente se vuelven deficientes e incluso erróneos!
¿Qué tipo de ayuda pueden recibir de sus «pastores» los seguidores de esos movimientos religiosos? ¿Están estas personas sencillamente entrampadas por sus «maestros», que son egoístas y mentirosos o simplemente intelectualmente subdesarrollados?
Cada cual puede preguntarse ahora a sí mismo: ¿Poseen tal conocimiento los líderes de mi organización religiosa? Y algunas personas podrán darse cuenta de que pertenecen a una secta, es decir, a una asociación religiosa cuyas concepciones se separaron y se desviaron de la verdad…
En tales sectas, los «pastores» dan diversas respuestas absurdas a la pregunta planteada aquí.
Por ejemplo, pueden responder con evasivas, pero con voces autoritarias, que Dios nos juzgará según nuestras obras: Él enviará a algunos de nosotros al paraíso y a otros al infierno. Pero permitámonos pensar: ¿tiene sentido crear todo el mundo material y a todas las personas en aras de un objetivo tan insensato? ¿Por qué habría de necesitar Él una cosa así?
También pueden decir que nosotros, la gente, se supone que no sabemos lo que sólo Dios puede saber…
En la literatura, existe una opinión de que el Creador estaba aburrido de estar solo… Y así, por aburrimiento, Él decidido divertirse de esta manera… El autor de esta idea —en general, un hombre razonable— por desgracia no sabía nada acerca del Creador…
… Sin embargo, hay una verdadera respuesta a esta pregunta. El Creador Mismo la dio a través de Sus Mensajeros-Mesías enviados a la Tierra.
La respuesta consiste en lo siguiente: La infinita en el espacio y el tiempo Conciencia Universal, La Cual permanece en el estrato más sutil (dimensión espacial, eon, loka) del universo multidimensional y es llamada el Creador, Dios Padre, la Conciencia Primordial, y por otros diferentes nombres en diferentes idiomas humanos, esta Conciencia se desarrolla de manera incesante, es decir, evoluciona. Y nosotros, almas (conciencias individuales) encarnadas en cuerpos materiales, hemos de ser los principales elementos de este Proceso Evolutivo. Concretamente, nosotros, cumpliendo la Voluntad del Creador, dada a nosotros, en particular, a través de los mandamientos de Jesús el Cristo, tenemos que esforzarnos por llegar a ser perfectos tal como nuestro Padre Celestial es perfecto (Mateo 5:48). Si cumplimos con esto —con Su ayuda y debido a nuestros propios esfuerzos— fluimos al interior de Él enriqueciéndole a Él con nosotros mismos. ¡Es gracias a esta absorción de las conciencias humanas individuales, las cuales han logrado la Perfección, como Su Evolución prosigue!
Esta es la razón de que Él esté interesado en el crecimiento espiritual de cada uno de nosotros. Es por esto que Él nos trata como Sus Hijos.
Y el bienestar de cada uno de nosotros depende, en primer lugar, de nuestro amor hacia Él. Este amor tiene que ser manifestado tanto en las emociones de amor dirigidas a Él como en nuestros esfuerzos en el desarrollo personal y el servicio a Él.
Así pues, debería quedar claro que un verdadero servicio a Dios no consiste en leer oraciones y hacer ciertos movimientos corporales, sino que consiste en ayudar a otros seres encarnados en su avance hacia nuestro común Objetivo. «¡Ayudar a todo el mundo en todo lo que es bueno!»; ¡hagamos que este lema se convierta en un credo (un eje o principio de vida fundamental) para cada uno de nosotros!
Este tema se describe en detalle en nuestros libros y películas educativas, las cuales se presentan en nuestros sitios web. El autor de este artículo ha dedicado decenios de su vida como científico-biólogo al estudio de este problema, y ha ampliado la investigación biológica a las formas de vida no encarnadas. Su labor y el trabajo de sus colegas dieron como resultado la creación de una amplia panorámica de la estructura del Absoluto multidimensional, la comprensión de la esencia de Dios, del hombre y de otros seres, y asimismo dieron como fruto la descripción de los métodos para el conocimiento del Creador. De esta manera nació una nueva rama de la ciencia moderna —la metodología del desarrollo espiritual—. Esta rama incluye el conocimiento teórico general, los principios de autocorrección ética, un sistema de autorregulación psíquica, y otras etapas de desarrollo de la conciencia a través de entrenamiento meditativo.
Hoy día es posible usar este conocimiento tanto como uno lo considere necesario en la actual etapa de su vida.
¡Y ayudar a otras personas en esto!
Buddhi yoga
(conferencia impartida en un sitio de poder)
En los sitios de poder como éste resulta muy fácil entender qué es el buddhi, al haberse experimentado como un buddhi.
Permítanme recordarles el significado de este término. Existe la palabra jiva, y existe la palabra buddhi (boddhi). ¿Cuál es la diferencia entre ellas? Ambas palabras se pueden traducir como alma, conciencia individual. Sin embargo jiva es un alma en el sentido habitual de esta palabra. Las plantas, los animales, las personas tienen jivas. Por el contrario, buddhi es el alma que fue desarrollada con la ayuda de métodos especiales de trabajo espiritual, y que es mucho más grande en tamaño que el cuerpo humano material.
También existe el término buddhi yoga. Este es un sistema de métodos de meditación que le permiten a uno desarrollarse como buddhi.
Este es el nivel más alto de la trayectoria del desarrollo psicoenergético de la conciencia en el Camino del yoga.
El término buddhi yoga se utilizó por primera vez —en la literatura conocida por nosotros— en el Bhagavad-Gita. En él Krishna, entre otras cosas, dijo: «Para ellos —siempre llenos de amor— doy el buddhi yoga, por medio del cual me alcanzan a Mí. Ayudándoles, yo disipo la oscuridad de la ignorancia en sus Atmanes mediante el resplandor del conocimiento.» (Bhagavad-Gita, capítulo 10: 10-11).
Pero el conocimiento de este nivel supremo siempre existió en la Tierra —en la Atlántida, en la antigua China, y en otros países, pese a que no estaba disponible para todo el mundo—. La información acerca de esto se puede encontrar en nuestro libro Obras clásicas de la filosofía espiritual y la actualidad.
Y ¿quién es un Buda? Estas palabras —buddhi y Buda— tienen el mismo origen.
Un Buda es un buddhi desarrollado hasta la plena Perfección.
¿Cómo se puede avanzar al estado de un Buda con la ayuda de los métodos del buddhi yoga? Y ¿en qué consiste un buddhi? ¿Cómo puede uno desarrollarlo?
La base del buddhi es el corazón espiritual desarrollado. Comienza a crecer —ya sea en las favorables condiciones de la vida sátvica normal o con la ayuda de métodos auxiliares especiales de trabajo espiritual— desde el chakra anahata en el pecho, y más adelante se hace mucho más grande que el tamaño de un cuerpo material.
Todo lo valioso que fue acumulado por nosotros en otras estructuras del organismo (es decir, fuera del chakra anahata) también queda conectado con el creciente corazón espiritual y afluye a éste; para este propósito uno utiliza métodos especiales del buddhi yoga. El buddhi formado de esta manera también es llamado dharmakaya —el cuerpo para el Camino—.
Resulta esencial recordar que el hombre no es un cuerpo material, sino un alma, una conciencia. El cuerpo es sólo un recipiente temporal de una persona, utilizado para transitar por la actual etapa del desarrollo evolutivo humano. Así pues, nosotros podemos ser tanto pequeñas almas como almas más grandes que aspiran a la Perfección.
La siguiente gran etapa del crecimiento de un buddhi es la consecución de una sutilidad (o sutileza) del mismo nivel que la sutilidad de la Conciencia Primordial (el Creador, Dios Padre) y el fortalecimiento (la «cristalización») de uno mismo en ella. Tales personas son llamadas Mahatmas (Mahaatmas) o Buddhisattvas (Boddhisattvas). La Conciencia Primordial puede ser vista como la más sutil Luz Pura; las cualidades de los Mahatmas-Buddhisatvas son esas mismas. Es por esto que también se les llama los Iluminados, es decir, Aquellos Quienes consisten en Divina Luz.
Pero a fin de convertirse en un Buda, esa persona también tiene que aprender a entrar en el estado de Unión con la Conciencia Primordial, afluyendo a Ella y disolviéndose en Ella. Este estado se llama Nirvana —el estado en el que el «yo» inferior del hombre es destruido, «completamente quemado»—.
* * *
Por consiguiente, los más importantes derroteros del buddhi yoga son: a) el crecimiento del corazón espiritual, b) la refinación de la conciencia, y c) el dominio de los métodos de Unión con la Conciencia Primordial.
La adquisición de maestría en estos tres rumbos de trabajo en el buddhi yoga asegura la capacidad de entrar en el estado de nirvana.
Lamentablemente, algunas personas malinterpretan el término nirvana. Por ejemplo, existe una opinión de que el Nirvana implica la desaparición total y definitiva de la individualidad. No, esto es un error. Es sólo el «yo» inferior que habita en el chakra ajna en la cabeza, el que desaparece. En lugar de él, uno gana el «Yo» Superior —el «Yo» de la Conciencia Primordial—. Y una tal Divina Individualidad puede manifestarse Ella Misma de nuevo en el mundo de las almas encarnadas como un Maestro Divino, un Representante de la Conciencia Primordial.
La declaración anterior es confirmada con la máxima brillantez por nuestras conversaciones con el Fundador del budismo, Gautama Buda, Quien no desapareció de la existencia: Se Le puede ver; uno Le puede abrazar, puede comunicarse con Él y unirse con Él. Nuestras conversaciones con Él, por cierto, están publicadas en el libro Obras clásicas de la filosofía espiritual y la actualidad.
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¿Cuáles son las condiciones y limitaciones de nuestro avance en el Camino hacia la Perfección? ¿Y cuáles son los otros —más pequeños— pasos en ese Camino que tienen que ser destacados?
Hemos hablado de esto en detalle en muchos de nuestros libros (en Ecopsicología, principalmente), en artículos y en conferencias filmadas. Por tanto ahora sólo voy a mencionarlos de manera breve.
En primer lugar, una persona que quiera andar el Camino espiritual tiene que aprender y aceptar la teoría del desarrollo espiritual incluyendo sus fundamentos —la ética de las relaciones con otras personas, con todos los seres vivos, y con Dios—.
También es importante tener conocimiento acerca del Objetivo de nuestros esfuerzos espirituales; este Objetivo es Dios en el Aspecto de la Conciencia Primordial, el Creador. En consecuencia, uno tiene que entender lo que Dios es y dónde puede uno encontrarle a Él. Si no existe tal comprensión, entonces ello resulta en lo que podemos ver en muchas sectas y círculos esotéricos: caminar sin avanzar; Felipe el Apóstol, en Su Evangelio, comparó esto con la actividad de un burro que gira en torno a una piedra de molino: el burro caminó en círculos el día entero y, llegada la noche, se halló en el mismo lugar…
Otra cosa importante que tenemos que entender es que muchas personas, incluso muy buenas, no son capaces de comprender lo que exponemos aquí: son almas jóvenes, demasiado jóvenes en su desarrollo evolutivo. Para ellas es demasiado pronto para que puedan participar en un trabajo espiritual serio. Dejemos que ahora se desarrollen en una actividad mundana normal; dejemos que aspiren a enriquecerse con varios tipos útiles de conocimiento, que ayuden a otras personas en todo lo bueno, que se esfuercen por evitar hacer aun el más leve daño a los demás. Asimismo permitamos que desarrollen los corazones espirituales; esto no puede causarles ningún daño; al contrario, ¡pueden beneficiarse mucho por ello!
Nadie puede resultar perjudicado a causa de desarrollar el corazón espiritual. ¡Pero el beneficio podría ser genial!
La siguiente etapa, no adecuada para todo el mundo, es el uso de los métodos del raja yoga para la limpieza y el desarrollo de las principales estructuras energéticas del organismo. Gracias a estos esfuerzos, uno puede, entre otras cosas, deshacerse de muchas enfermedades crónicas. Pero lo más importante es que sin lograr la pureza bioenergética en el cuerpo no se puede avanzar en la tarea del refinamiento de la conciencia. (El crecimiento cuantitativo de la conciencia que viva en estados emocionales groseros es el camino en el sentido opuesto al Creador: hacia el infierno).
Y a continuación el buscador espiritual exitoso adquiere la capacidad para iniciar el avance rápido en el Camino Recto hacia la Meta. Este Camino, en términos generales, consiste en el desarrollo cualitativo y cuantitativo de uno mismo como corazón espiritual —hasta, en particular, la Unión con el Corazón del Absoluto, Quien es la Conciencia Primordial.
Y permítasenos intentar ver que, a lo largo de toda la historia de la humanidad en la Tierra, Dios trató de explicar a la gente esto mismo. Esto es lo que fue enseñado por los Maestros Divinos de la Atlántida, por Pitágoras, Huang Di, Lao Tse, Krishna, Gautama Buda, Jesús el Cristo, Babaji de Haidakhan, Sathya Sai Baba… Aún así, las gentes inventaron sus propias variantes de religión y crearon diversas sectas donde las Enseñanzas de Dios fueron pervertidas, en ocasiones, hasta convertirse justo en lo contrario…
Así pues, ¡estudiemos y cumplamos lo que Dios nos sugiere!
El «yo» inferior y el «Yo» Superior
(Conferencia impartida en un sitio de poder)
Qué es «yo»? Ahora mismo no importa qué «yo», si el inferior o el superior.
«Yo» es el sujeto de la autoconciencia, el sujeto que se siente a sí mismo. Pero sentir… ¿qué?, y el sentir ¿de quién? De uno mismo como una conciencia; conciencia que es un tipo especial de energía, capaz de percibirse a sí misma.
Una conciencia es un alma. Y una conciencia es, igualmente, una persona en sí misma, mientras que nuestros cuerpos son sólo nuestros hogares temporales, cuya finalidad es ayudarnos en nuestro progreso evolutivo.
A veces alguien pregunta: «¿Por qué no es posible evolucionar sin encarnar en estos cuerpos? ¡Eso sería, probablemente, mucho más fácil!»
Pero no. Un cuerpo, con su digestión y otros procesos biológicos es, entre otras cosas, un convertidor de energía. Está diseñado de manera que la energía de los alimentos que comemos se pueda convertir en la energía de la conciencia, y esto asegura su crecimiento.
Y el crecimiento de una conciencia individual es el elemento principal del Proceso Evolutivo Común que tiene lugar en el universo.
Debemos tratar de percibirnos a nosotros mismos como sus participantes y ver nuestros papeles y responsabilidad ante nuestro común Creador por todas nuestras decisiones y acciones.
¿Dónde reside la conciencia (el alma) en el cuerpo de una persona «normal»? Lo más a menudo, reside en la cabeza. Y el chakra ajna, situado en el centro de la cabeza, crea la sensación de «yo».
La aplicación de los métodos de trabajo espiritual a uno mismo otorga la posibilidad de una rápida transformación cualitativa así como del crecimiento cuantitativo de la conciencia.
Y la conciencia, transformada y desarrollada de esta manera, pronto se vuelve capaz de una existencia que es relativamente independiente de su cuerpo, y aprende a moverse de un objeto material a otro, así como dentro de las dimensiones espaciales intangibles (eones, lokas), adquiriendo de este modo desenvoltura y maestría en toda la escala de la multidimensionalidad del Absoluto.
Es importante no sólo dominar esto en sitios de poder especiales como éste, sino también comprender teóricamente qué es lo que sucede en tales casos, a fin de asimilar esto bien y evitar diversos «fracasos» o «fallas» en el futuro.
Así pues, vamos a probar lo siguiente:
«Ahora puedo percibirme a mí mismo como mi cuerpo material.
»Y además ¡puedo percibirme a mí mismo como el corazón espiritual, que también tiene los brazos de la conciencia, por encima de toda la extensión sobre el mar, cubriendo así una distancia de muchas millas!…»
Entonces debemos entender que si me percibo a mí mismo en alguna parte, ¡significa que estoy allí! Extiendo mis brazos de conciencia hasta ese lugar, a decenas de kilómetros, y me desplazo yo mismo allí (a mí mismo como corazón espiritual, el cual habitualmente existe entre mis brazos). Y si he hecho esto, quiere decir que ahora yo soy la conciencia expandida que existe allí. Por otra parte, puedo mirar desde aquel lugar en dirección a nuestros cuerpos, de pie en la playa. Y ahora ¡dejemos que cada uno de nosotros se dé cuenta de dónde estoy yo!
Es necesario aceptar este hecho con la mente: yo estoy ¡en ese lugar en el que me experimento a mí mismo! ¡Necesitamos olvidar que «yo soy un cuerpo material»!
Por añadidura, para lograr el éxito en el Camino del desarrollo espiritual, ¡el cuerpo material debe estar libre de todas las bioenergías innecesarias! ¡Debería volverse completamente puro, transparente!
En primer lugar, purificamos los chakras y los meridianos de la «órbita microcósmica»; a continuación, los meridianos centrales. Ahora vamos a utilizar todos los otros métodos que conocemos para la purificación. Como resultado, el cuerpo se volverá transparente e invisible para nosotros mismos…
En cualquier dimensión espacial que estuviésemos, no deberíamos sentir el cuerpo, ni verlo. Debería ser transparente, invisible. Sólo desde un cuerpo así, nosotros, como conciencias, podemos penetrar en las dimensiones espaciales más sutiles ¡a fin de encontrarnos allí con los Espíritus Santos y el Creador!
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Ahora vamos a resumir: ¿cuál es la diferencia entre el «yo» inferior y el «Yo» Superior?
El «yo» inferior, como ya hemos comentado, «anida» en el chakra ajna.
El «Yo» Superior es la Conciencia Primordial y las Conciencias de los Espíritus Santos y Mesías, consubstanciales con la Conciencia Primordial.
Podemos conocer al «Yo» Superior y fluir en Él únicamente habiendo llegado a ser similares a Él por el nivel de sutileza y desarrollo intelectual, ético y energético.
«Iluminación» significa la transformación de una conciencia en la Luz Divina, puesto que las Conciencias Divinas son percibidas de hecho como la más sutil y más tierna Luz Viviente.
El Camino del yoga en general, incluyendo su más alta etapa llamada buddhi yoga, es el desarrollo desde el estado del «yo» inferior hasta el estado del «Yo» Superior.
El término buddhi se utiliza para denominar tal conciencia desarrollada. Así, al principio era jiva: una pequeña alma encarnada, colocada en el cuerpo y fijada a este cuerpo por algún tiempo. En lugar de ello, cada uno de nosotros debe transformarse a sí mismo en buddhi, una conciencia que crece fuera de su cuerpo material en las dimensiones espaciales sutiles. Y luego, con la ayuda de los métodos del buddhi yoga, se puede cultivar el estado del «Yo» Superior, a Quien también se le llama Atman. Más adelante, Atman debería fusionarse con Paramatman (es decir, la Conciencia Primordial, el Creador). Para esto, existen también los métodos apropiados.
Debemos dirigir el proceso de nuestro crecimiento según tres parámetros. El primero es la refinación. El segundo es el tamaño. Y el tercero es la comprensión del Camino y de mi propio lugar en él, incluyendo la etapa en la que me encuentro en este momento.
Adicionalmente, las Conciencias individuales grandes y desarrolladas hasta el nivel de sutileza Divino deben aprender a unirse con las Conciencias de las dimensiones espaciales Divinas Supremas afluyendo a Ellas.
De esta manera es como el mandamiento principal del Nuevo Testamento, el mandamiento que nos dio Jesús el Cristo, es realizado: «Sean perfectos, así como su Padre Celestial es perfecto!» (Mateo 05:48). Eso significa que debemos llegar a ser idénticos —por la calidad de las almas— al Creador. ¡Sí! ¡Jesús, literalmente, nos ofreció ser idénticos a Dios Padre! Y es totalmente factible hacerlo —bajo la guía de los Maestros Divinos— para el alma que ya estaba preparada.
Así y todo, es preciso que recordemos que el proceso de autoperfeccionamiento no comienza a partir del crecimiento de la conciencia, sino desde la purificación ética.
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La psicología es la ciencia acerca del alma. Por consiguiente, la principal tarea de la psicología debería ser el arte del desarrollo de un alma. Y esto es lo que estamos haciendo ahora. ¡Este debería ser el conocimiento básico de la psicología!
Por otra parte, está claro que la psicología no puede ser materialista, atea. No es posible por su propia definición.
… Verdaderamente, en este maravilloso sitio de poder, un lugar de trabajo del Divino Sarkar, podemos limpiar chakras, meridianos, cuerpos y «capullos» y hacerlos transparentes.
Juan Matus habló de «quemar las emanaciones dentro de los capullos». «Quemar» implica el uso del fuego. Y aquí, en este sitio, hacer esto es lo óptimo, uniéndonos con Sarkar y usando Su Fuego Divino.
Y ¡que nada permanezca en nuestros cuerpos, excepto el Fuego Divino! ¡Nuestro objetivo final es hacer nuestros cuerpos completamente Divinos! Como resultado, deberíamos dominar la capacidad para desmaterializar nuestros cuerpos y luego materializarlos donde sea necesario.
Uno de nuestros Maestros Divinos nos dijo que Él considera la desmaterialización de un cuerpo como el más alto logro de una persona. Y conocemos los ejemplos de tales logros.
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Existe algo semejante a un vector de la escala de la multidimensionalidad. ¿Dónde puede uno encontrarlo?
Va así, a través del anahata expandido.
En aquel extremo de ese vector es posible encontrar la creciente densidad de lo negro; vamos a sentir allí la frontera con el infierno. (¡Pero no entren ahí! ¡Se tornarán muy sucios! No obstante, ¡resulta muy útil conocer la frontera de esta dimensión espacial oscura!)
Si pasáis, siguiendo este vector, a su extremo opuesto, podréis encontrar vuestro Atman.
… Nuestros cuerpos en su totalidad existen en una sola dimensión espacial —estrato de prakriti (o de la materia)—. Pero el término organismo no es idéntico al término cuerpo. Nuestros organismos son estructuras multidimensionales, es decir: están presentes en varias dimensiones espaciales de manera simultánea. Pese a ello, una persona «ordinaria» vive sólo en una dimensión espacial; ella no ocupa otras dimensiones espaciales consigo misma como conciencia, de modo que esos estratos o dimensiones espaciales existen sólo como su potencial.
También deberíamos tener en cuenta que nuestros organismos multidimensionales son mucho más grandes, en su volumen, que nuestros cuerpos materiales. Esos organismos son de diferentes tamaños según las diferentes personas e incluyen, entre otras estructuras, los «reservorios» con la energía Atmica llamada Kundalini; de esto ya hemos hablado antes.
Cada persona tiene una oportunidad de mudarse —pasiva o activamente— con la mayor parte de sí misma como conciencia a las dimensiones espaciales del paraíso o del infierno. Depende del estado de conciencia al que nosotros mismos nos hemos acostumbrado durante la vida en nuestros cuerpos: a lo sutil, a lo tierno y al amor solícito, o a los estados groseros tales como la irritación, el odio y demás.
Los métodos del buddhi yoga nos permiten aprender a entrar, a permanecer y a actuar de manera activa y eficaz en las dimensiones espaciales del Espíritu Santo y de la Conciencia Primordial.
En el libro Ecopsicología hemos publicado el esquema para el estudio de la estructura del Absoluto. Ilustra exactamente aquello de lo que estoy hablando: la estructura del organismo humano multidimensional, en cada parte de la cual uno puede aprender a entrar y permanecer.
Hay dos términos vinculados: microcosmos y macrocosmos. El primero apunta al conglomerado multidimensional de un organismo humano; lo que estamos examinando ahora mismo. Es como un modelo en miniatura del multidimensional macrocosmos-Absoluto. Después de haber dominado el microcosmos, podemos encontrar fácilmente nuestro lugar en la correspondiente parte del Absoluto.
Por la forma en que vivimos sobre la Tierra nosotros, de hecho, escogemos en qué dimensión espacial viviremos tras abandonar nuestros cuerpos materiales: en el infierno, en el paraíso, en la Morada del Creador, etc.
Podemos encontrar un vector de la escala de la multidimensionalidad en el interior del microcosmos. Este vector cruza las dimensiones espaciales en las que ya hemos aprendido a vivir y también las dimensiones espaciales inexploradas.
Voy a repetir una vez más el mismo concepto: cada uno de nosotros es como un edificio de siete pisos, pero multidimensional. Esos «pisos» son los estratos multidimensionales. Cada uno de nosotros es el «Absoluto en miniatura» dentro del omniabarcante Absoluto. Y nosotros, después de habernos desarrollado a nosotros mismos, podemos movernos a voluntad de un «piso» a otro, quedarnos durante mucho tiempo en algunos de ellos, y crecer allí. De esta manera es como vamos a seguir existiendo en esas dimensiones espaciales tras la separación de nuestros cuerpos.
Está claro que para nosotros tiene todo el sentido explorar nuestro propio edificio «de siete pisos», poniendo especial énfasis en los «pisos» que están «habitados» por la Conciencia Divina.
Adicionalmente, es útil saber que desde los estratos groseros de la multidimensionalidad no es posible ver lo que está sucediendo en los estratos más sutiles. Por el contrario, desde los estratos sutiles podemos ver fácilmente los estratos más densos y todo lo que ocurre en ellos. Así es como el Creador y los Espíritus Santos ven y mantienen bajo su control todo cuanto sucede en los estratos más densos del Absoluto. Ellos lo ven y pueden controlar los eventos que están teniendo lugar allí si quieren. Cada alma es vista por Dios sin ninguna limitación; no es posible ocultarse de Él en parte alguna. Y cada Uno de los Espíritus Santos tiene un infinito número de Brazos, con los cuales Él o Ella puede fácilmente supervisar a todas las criaturas menos desarrolladas.
Así es como los Maestros Divinos unen en diferentes situaciones a aquellas almas que han de influir los unos en el desarrollo de los otros. Así es, entre otras maneras, como las personas justas se encuentran con los villanos, los Santos con los pecadores, un futuro cónyuge con otro, las personas con los animales, etc.
Entre otras cosas, los Espíritus Santos controlan el proceso de encarnación de las almas en esos cuerpos que serán los más adecuados para su posterior evolución.
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Adquiriendo maestría en todo esto aquí y ahora, en este sitio de poder, podemos con bastante facilidad aprender a extender nuestros brazos de amor a cualquier distancia desde los corazones espirituales; mantener en la palma de nuestras manos a diferentes seres encarnados y saturar sus cuerpos con el poder del Amor.
En el hinduismo existe una imagen de culto de Shiva con muchos brazos. Esta imagen muestra la realidad acerca de la que estoy hablando. Sin embargo, ¡ahora nosotros ya podemos crear incluso un mayor número de nuestros brazos de Amor!
Así es como los Espíritus Santos actúan.
El mismo método de trabajo con los brazos del corazón espiritual desarrollado nos permite ingresar fácilmente en la Morada del Creador. Para ello, debemos mover hacia Ella tanto los brazos de la conciencia, como \x{200b}\x{200b}a continuación el corazón espiritual, del cual se compone el alma, que se moverá con facilidad hasta el espacio que he abarcado entre esos brazos…
A través del mismo mecanismo llenamos con nosotros mismos cada cosa impregnada con nuestros brazos. De esta manera comenzamos la transformación de nosotros mismos en el Absoluto… Advirtamos cómo los innumerables Brazos del Creador, el Unido Nosotros, impregnan la totalidad de la Creación…
… Así pues, ahora sabemos cómo hacer realidad nuestra consubstancialidad con la Conciencia Primordial y con la totalidad del Absoluto. Fue fácil experimentarlo en este sitio de poder, si bien ahora tenemos que dominar este estado en la vida cotidiana, en otros lugares también.
Nuestra tarea principal aquí era averiguar cómo puede hacerse. De hecho, no importa cuántas veces alguien diga: «¡Conviértete en la Conciencia Primordial!», «¡Sé el Absoluto»; esto nada ayuda si uno no sabe cómo. Ahora les he explicado a grandes rasgos cómo es posible lograr esto.