Thoth el Atlante – Las Tablas Esmeralda 1º Parte

PREFACIO

Las Tablas Esmeralda de Thoth El Atlante – Prefacio

La historia de las tablas traducidas en las siguientes páginas es extraña y más allá de la creencia de los científicos modernos. Su antigüedad es estupenda, datando de unos 36,000 años AC. El escritor es Thoth, un Rey-Sacerdote Atlante, quien fundó una colonia en el antiguo Egipto después del hundimiento de la madre patria.

Él fue el constructor de la Gran Pirámide de Giza, erróneamente atribuida a Keops. En ella, él incorporó su conocimiento de su antigua sabiduría y también seguramente resguardó registros e instrumentos de la antigua Atlántida.

Por unos 16,000 años, él gobernó la antigua raza de Egipto, desde el 52,000 AC aproximadamente al 36,000 AC. En ese tiempo, la antigua raza bárbara, de entre la cual él y sus seguidores se habían establecido, había sido elevada a un alto grado de civilización.

Thoth era un inmortal, es decir, él había conquistado la muerte, pasando solamente cuando quisiera e incluso entonces no era a través de la muerte. Su vasta sabiduría lo hizo gobernar sobre las varias colonias atlantes, incluyendo las del Sur y Centro América.

Cuando llegó el tiempo de que dejara Egipto, creó la Gran Pirámide en la entrada de los Grandes Salones de Amenti, colocó en ella sus registros, y señaló guardias para sus secretos de entre lo más elevado de su gente.

En tiempos posteriores, los descendientes de estos guardias se volvieron los sacerdotes de las pirámides, por lo cual Thoth se volvió deidad como el Dios de la Sabiduría, El que llevaba los Registros, por aquellos en la era de la oscuridad que siguió su muerte. En la leyenda, los Salones de Amenti se volvieron del inframundo, los Salones de los dioses, en donde las almas pasaban a su juicio después de la muerte.

Durante eras posteriores, el ego de Thoth pasó a los cuerpos de los hombres en la forma descrita en las tablas. Como tal, él encarnó tres veces, en la última fue conocido como Hermes, el tres veces nacido.

En esta encarnación, dejó escritos conocidos para los ocultistas modernos como las Tablas Esmeralda, una exposición posterior y mucho menor de los antiguos misterios.

Las tablas traducidas en este trabajo son diez, las cuales fueron dejadas en la Gran Pirámide en la custodia de los sacerdotes de las pirámides. Las diez están divididas en trece partes a nombre de la conveniencia.

Las últimas dos son tan grandes y de largo alcance en su importancia que en la actualidad está prohibido liberarlas al mundo. Sin embargo, en esos contenidos están secretos los cuales probarán ser de inestimables valor al estudiante serio.

Deberían ser leídas, no una vez, sino cientos de veces solamente puesto que solamente así el verdadero significado puede ser revelado. Una lectura casual dará unos vislumbres de belleza, pero un estudio más intenso abrirá avenidas de sabiduría al buscador.

Pero ahora una palabra de cómo estos poderosos secretos se revelaron al hombre moderno después de estar escondidos por tanto tiempo.

Unos ciento treinta años AC, Egipto, la antigua Khem, estaba en confusión y muchas delegaciones de sacerdotes fueron enviados a otras partes del mundo.

Entre estos había algunos de los sacerdotes de la pirámide quienes cargaban con ellos las Tablas Esmeralda como un talismán con el cual podían ejercer autoridad sobre los menos avanzados sacerdotes de razas descendidas de otras colonias atlantes.

Se entendía de la leyenda que las tablas daban al portador la autoridad de Thoth.

El grupo particular de sacerdotes que portaban las tablas emigraron al Sur de América en donde encontraron una raza floreciente, los Mayas, quienes les recordaban mucho de la sabiduría antigua.

Entre estos, los sacerdotes se establecieron y se quedaron. En el siglo décimo, los Mayas se habían establecido a lo largo de Yucatán, y las tablas fueron colocadas debajo del altar de uno de los grandes templos del Dios Sol.

Después de la conquista de los Mayas por los españoles, las ciudades fueron abandonadas y los tesoros de los templos olvidados.

Debería ser entendido que la Gran Pirámide de Egipto ha sido y es todavía un templo de iniciación en los misterios. Jesús, Salomón, Apolunio y otros fueron iniciados ahí.

El escritor (quien tiene una conexión con la Gran Logia Blanca que también trabaja a través del sacerdocio de la pirámide) fue instruido para recuperar y regresar las antiguas tablas a la Gran Pirámide.

Esto, después de las aventuras que no necesitan detallarse aquí, fue logrado. Antes de regresarlas, se le dio permiso de traducir y mantener una copia de la sabiduría grabada en las tablas.

Esto se hizo en 1925 y solamente ahora se tiene el permiso para que parte de eso sea publicado. Se espera que muchos se burlen. No obstante, el verdadero estudiante leerá entre líneas y ganará sabiduría.

Si la luz está en ustedes, la luz que está grabada en estas tablas responderá.

Ahora, una palabra de cómo es el aspecto material de las tablas.

Consisten de doce tablas verde esmeralda, formadas de una sustancia creada a través de transmutación química.

Son imperecederas, resistentes a todos los elementos y sustancias. En efecto, la estructura celular y atómica está arreglada, ningún cambio ha tenido lugar nunca.

En este respecto, violan la ley material de la ionización.

Sobre ellas están grabadas caracteres en el antiguo idioma atlante: caracteres los cuales responden a afinadas olas de pensamiento, liberando la vibración mental asociada en la mente del lector.

Las tablas están unidas con aros de aleación color dorada suspendidos de una barra del mismo material. Demasiado para la apariencia del material.

La sabiduría contenida ahí es la base de los antiguos misterios. Y para el que lee con ojos y mente abiertos, su sabiduría deberá incrementar cien veces.

Lean. Lo crean o no, pero lean. Y la vibración encontrada ahí despertará una respuesta en su alma.

En las siguientes páginas, revelaré algunos de los misterios que no obstante solamente han sido tocados ligeramente ya sea por mí u otros maestros o estudiantes de la verdad.

La búsqueda del hombre por el entendimiento de las leyes que regulan su vida ha sido interminable, no obstante siempre justo detrás del velo que escuda los planos más elevados de la visión material del hombre la verdad ha existido, lista para ser asimilada por aquellos que agrandan su visión mirando al interior, no al exterior, en su búsqueda.

En el silencio de los sentidos materiales yace la clave para revelar la sabiduría. El que habla no sabe; el que sabe no habla.

El conocimiento más elevado es impronunciable, puesto que existe como una entidad en rutas que trascienden todas las palabras o símbolos materiales.

Todos los símbolos no son más que llaves para las puertas que guían a las verdades, y muchas veces la puerta no se abre porque la llave parece tan grande que las cosas que están más allá de ella no son visibles.

Si podemos entender todas las claves, todos los símbolos materiales son manifestaciones, no son más que extensiones de una gran ley y verdad, comenzaremos a desarrollar la visión que nos permitirá penetrar más allá del velo.

Todas las cosas en todos los universos se mueven de acuerdo a la ley, y la ley que regula el movimiento de los planetas no es más inmutable que la ley que regula las expresiones materiales del hombre.

Una de las más grandes de todas las Leyes Cósmicas es esa que es responsable por la formación del hombre como un ser material.
El gran objetivo de las escuelas de misterio de todas las eras ha sido revelar los trabajos de la Ley que conecta al hombre material y al hombre espiritual.

El enlace de conexión entre el hombre material y el hombre espiritual es el hombre intelectual, puesto que la mente toma parte tanto las cualidades materiales como no materiales.

El aspirante al conocimiento más elevado debe desarrollar el lado intelectual de su naturaleza y así reforzar su voluntad que es capaz de concentrarse en todos los poderes de su ser y en el plano que desee.

La gran búsqueda de luz, vida y amor solamente comienza en el plano material. Llevado a lo último, su objetivo final es la completa unidad con la conciencia universal. La base en lo material es el primer paso; después viene el objetivo más elevado del logro espiritual.

En las siguientes páginas, les daré una interpretación de las Tablas Esmeralda y sus significados secretos, escondidos y esotéricos.

Ocultos en las palabras de Thoth están muchos significados que no aparecen en la superficie.

La luz del conocimiento traída sobre las Tablas abrirá muchos campos nuevos para el pensamiento.

“Lean y sean sabios” pero solamente si la luz de su propia conciencia despierta el profundo entendimiento asentado que es una cualidad inherente del alma.

Las Tablas Esmeralda de Thoth – Tabla 1

La Historia de Thoth, el Atlante

Yo, THOTH, el Atlante, maestro de los misterios, guardián de los registros, poderoso rey, mago, viviendo de generación en generación, preparándome para entrar a los salones de Amenti, dejando la guía de aquellos que van a pasar, estos registros de la poderosa sabiduría de la Gran Atlántida.

En la gran ciudad de KEOR en la isla de UNDAL, en un tiempo muy lejano, comencé esta encarnación. No como lo hicieron los hombrecitos de la era actual, los poderosos de la Atlántida viven y mueren, pero en lugar de cómo lo hacían de eones a eones, ellos renovaban su vida en los Salones de Amenti en donde el río de la vida fluye eternamente hacia delante.

Cien veces diez he descendido el camino oscuro que guía a la luz, y como muchas veces he ascendido de la oscuridad hacia la luz mi fuerza y poder se renovaban.

Ahora por un tiempo desciendo, y los hombres de KHEM (Khem es el antiguo Egipto) ya no me conocerán más.

Pero en un tiempo todavía no nacido surgiré nuevamente, poderoso y potente, requiriendo un informe de aquellos que quedaron atrás de mí.

Entonces tengan cuidado, Oh hombres de KHEM, si ustedes han falsamente traicionado mi enseñanza, puesto que los arrojaré de su alto estado hacia la oscuridad de las cuevas de las cuales vienen.

No revelen mis secretos a los hombres del norte o a los hombres del sur para mi maldición no caiga sobre ustedes.

Recuerden y cuiden mis palabras, puesto que seguramente volveré nuevamente y requeriré de ustedes eso que cuidan. Así es, incluso desde más allá del tiempo y desde más allá de la muerte yo regresaré, recompensando o castigando si han abandonado su verdad.

Grande era mi gente en los antiguos días, grande más allá de la concepción de las pequeñas personas que ahora están a mi alrededor; conociendo la sabiduría de lo antiguo, buscando más dentro del corazón del conocimiento infinito que pertenecía a la juventud de la Tierra.

Sabios éramos nosotros con la sabiduría de los Niños de Luz quienes habitaban entre nosotros. Fuertes éramos nosotros con el poder extraído del fuego eterno.

Y de todos esos, el más grande entre los hijos de los hombres era mi padre, THOTME, guardián del gran templo, enlace entre los Niños de Luz que habitaban dentro del templo y las razas de hombres que moraban en las diez islas.

Portavoz, después de los Tres, del Morador de UNAL, hablando a los Reyes con la voz que debe ser obedecida.

Crecí ahí de niño a la adultez, siendo enseñado por mi padre los antiguos misterios, hasta que a tiempo ahí crecí dentro del fuego de la sabiduría, hasta que ardió en una flama consumiéndose.

Nada deseé más que el logro de la sabiduría. Hasta que un gran día la orden vino del Morador del Templo que me presentara frente a él. Pocos habían entre los hijos de los hombres que hubieran mirado esa poderosa cara y vivido, puesto que no como los hijos de los hombres son los Hijos de la Luz cuando no están encarnados en un cuerpo físico.

Elegido fui de los hijos de los hombres, enseñado por el Morador para que sus propósitos fueran cumplidos, propósitos todavía no nacidos en el vientre del tiempo.

Largas eras habité en el Templo, aprendiendo siempre y todavía más sabiduría, hasta que yo, también, alcancé la luz emitida del gran fuego.
Me enseñó él, el camino a Amenti, el inframundo en el que los grandes Reyes se sientan sobre su trono de poder.

Una profunda reverencia hice en homenaje ante los Señores de la Vida y los Señores de la Muerte, recibiendo como mi regalo la Llave de la Vida.

Libre fui de los Salones de Amenti, no destinado a estar muerto en el círculo de la vida. Lejos a las estrellas viajé hasta que el espacio y el tiempo se convirtieron en nada.

Después de haber bebido profundamente de la copa de la sabiduría, miré en los corazones de los hombres y ahí encontré misterios más grandes y estaba contento. Puesto que solamente en la Búsqueda de la Verdad podría mi Alma estar tranquila y la flama interior estar apagada.

A través de las eras viví, viendo a aquellos a mi alrededor probar de la copa de la muerte y regresar de nuevo en la luz de la vida.

Gradualmente desde los Reinos de la Atlántida pasaron olas de conciencia que había sido una conmigo, solamente para ser recolocadas por semillas de una estrella inferior.

En obediencia a la ley, la palabra del Maestro se volvió flor. Descendentes a la oscuridad se volvieron los pensamientos de los Atlantes, hasta que al fin en esta cólera surgida de su AGWANTI (esta palabra no tiene equivalente; significa un estado de indiferencia), el Morador, hablando La Palabra, llamando al poder.

Profundo en el corazón de la Tierra, los hijos de Amenti escucharon, y escucharon, dirigiendo el cambio de la flor de fuego que arde eternamente, cambiando y cambiando, usando el LOGOS, hasta que ese gran fuego cambió su dirección.

Sobre el mundo entonces se abrieron las grandes aguas, inundando y hundiendo, cambiando el equilibrio de la Tierra hasta que solamente quedó el Templo de la Luz parado sobre la gran montaña en UNDAL todavía surgiendo del agua; algunos hubo que estaban viviendo, salvados del torrente de las fuentes.

Me llamó entonces el Maestro, diciendo: Reunid a mi gente. Llévalos por las artes que has aprendido a través de las lejanas aguas, hasta que alcances la tierra de los velludos bárbaros, morando en cuevas del desierto. Sigue allí el plan que todavía conoces.

Reuní entonces a mi pueblo y entré al gran barco del Maestro. Hacia arriba nos elevamos en la mañana. Oscuro debajo de nosotros yace el Templo. Repentinamente sobre él surgen las aguas. Desaparecido de la Tierra, hasta el tiempo señalado, fue el gran Templo.

Rápido volamos hacia el sol de la mañana, hasta que debajo de nosotros yació la tierra de los hijos de KHEM. Furiosos, con palos y lanzas, elevados en ira buscando asesinar y completamente destruir a los Hijos de la Atlántida.

Entonces elevé mi báculo y dirigí un rayo de vibración, alcanzándoles en sus caminos como fragmentos de piedra de la montaña.

Después les hablé con palabras tranquilas y pacíficas, hablándoles del poder de la Atlántida, diciendo que nosotros éramos hijos del Sol y sus mensajeros. Los intimidé con mi manifestación de magia-ciencia, hasta que a mis pies se postraron, cuando los liberé.

Mucho habitamos en la tierra de KHEM, mucho y todavía más nuevamente. Hasta que obedecieran las órdenes del Maestro, quien mientras duerme no obstante vive eternamente, envié a los Hijos de la Atlántida, los envié en muchas direcciones, que desde el vientre de la sabiduría del tiempo puede surgir nuevamente en sus hijos.

Largo tiempo habité en la tierra de KHEM, haciendo grandes trabajos por la sabiduría dentro de mí. Hacia arriba crié en la luz del conocimiento a los hijos de KHEM, regados por las lluvias de mi sabiduría.

Maldije entonces un camino a Amenti para que pudiera retener mis poderes, viviendo de era a era un Sol de la Atlántida, cuidando la sabiduría, preservando los registros.

Pocos grandes los hijos de KHEM, conquistando personas a su alrededor, creciendo lentamente hacia arriba en la fuerza del Alma.

Ahora por un tiempo me voy de entre ellos hacia los oscuros salones de Amenti, profundo en los salones de la Tierra, ante los Señores de los poderes, cara a cara una vez más con el Morador.

Me levanté en la entrada, una puerta, un portal guiando hacia a Amenti.

Pocos habrían con el valor para atreverse, pocos pasan el portal al oscuro Amenti. Erigí sobre el pasaje, yo, una poderosa pirámide, usando el poder que supera la fuerza de la Tierra (gravedad). Profundo y todavía más profundo coloqué un fuerte o cámara; desde ahí tallé un pasaje circular alcanzando casi la gran cima.

Ahí en el ápice, coloqué yo el cristal, enviando el rayo hacia el “Tiempo-Espacio”, atrayendo la fuerza de lo etéreo, concentrándose sobre el portal a Amenti.

Otras cámaras construí y dejé vacantes para todas las apariencias, no obstante ocultas dentro de ellas están las llaves a Amenti. El que con valor desafiare los reinos oscuros, primero dejen que se purifique por un largo ayuno.

Yacerá en el sarcófago de piedra en mi cámara. Después revelaré a él los grandes misterios. Pronto él seguirá a donde lo encontraré, incluso en la oscuridad de la Tierra lo encontraré, Yo, Thoth, el Señor de la Sabiduría, lo encontraré y lo tomaré y moraré con él siempre.

Construí la Gran Pirámide, modelé después la pirámide de la fuerza Terrestre, ardiendo eternamente para que, también, pueda permanecer a través de las eras.

En ella, construí mi conocimiento de “Magia-Ciencia” para que pueda estar aquí cuando nuevamente regrese de Amenti, sí, mientras duermo en los Salones de Amenti, mi Alma que vaga libre encarnará, morará entre los hombres en esta forma u otra. (Hermes, el tres veces nacido)

Emisario en la Tierra soy del Morador, cumpliendo sus órdenes para que muchos puedan ser elevados. Ahora regreso a los salones de Amenti, dejando detrás de mí algo de mi sabiduría. Preserven y mantengan la orden del Morador: Eleven siempre sus ojos hacia la luz.

Seguramente a tiempo, son uno con el Maestro, seguramente por derecho ustedes son uno con el Maestro, seguramente por derecho todavía son uno con el TODO.

Ahora, me aparto de ustedes. Conozcan mis órdenes, manténganlas y sean ellas, y yo estaré con ustedes, ayudándolos y guiándolos hacia la Luz.

Ahora ante mi se abre el portal. Bajo en la oscuridad de la noche.

Las Tablas Esmeralda de Thoth – Tabla 2

Los Salones de Amenti

En lo profundo de la Tierra yacen los salones de Amenti, muy debajo de las islas de la hundida Atlántida, los Salones de la Muerte y los salones de la vida, lavados en el fuego del TODO infinito.

Lejos en un tiempo pasado, perdido en el espacio tiempo, los Hijos de la Luz miraron al mundo. Viendo a los hijos de los hombres en su esclavitud, atados por la fuerza que venía del más allá. Supieron que solamente por medio de la libertad de la esclavitud el hombre alguna vez podría surgir de la Tierra al Sol.

Ellos descendieron y crearon cuerpos, tomando la semejanza del hombre como propia. Los Maestros de todo dijeron después de su formación:

“Nosotros somos esos que fueron formados de espacio-polvo, tomando parte de la vida del TODO infinito; viviendo en el mundo como hijos de los hombres, igual y no obstante diferentes a los hijos de los hombres”.

Después para un lugar donde habitar, muy debajo de la corteza terrestre, explotaron ellos grandes espacios con su poder, espacios lejos de los hijos de los hombres. Rodeados por fuerzas y poder, escudaron del daño a los Salones de los Muertos.

De lado a lado entonces, colocaron ellos otros espacios, llenos con Vida y con Luz de arriba. Construyeron entonces los Salones de Amenti, que pueden habitar eternamente ahí, viviendo con vida hasta el fin de la eternidad.

Treinta y dos estaban ahí de los hijos, hijos de la Luz que habían venido entre los hombres, buscando liberar de la esclavitud de la oscuridad a aquellos que estaban atados por la fuerza del más allá.

En lo profundo de los Salones de la Vida creció una flor, ardiendo, expandiéndose, manejando la noche hacia atrás.

Colocaron en el centro, un rayo de gran potencia, dador de Vida, dador de Luz, llenando con poder a todo el que se acercara. Colocaron a su alrededor tronos, dos y treinta, lugares para cada uno de los Hijos de la Luz, colocados para que ellos fueran bañados en el resplandor, llenados con la Vida de la Luz eterna.

Ahí repetidas veces colocaban sus primeros cuerpos creados para pudieran ser llenados con el Espíritu de la Vida. Cien años de cada mil debe la flama de la Luz dadora de Vida surgir en sus cuerpos. Apresurando, despertando el Espíritu de la Vida.

Ahí en el círculo de eones a eones, se sientan los Grandes Maestros, viviendo una vida no conocida entre los hombres. Ahí en los Salones de la Vida ellos yacen durmiendo; libres fluyen sus Almas a través de los cuerpos de los hombres.

Repetidas veces, mientras sus cuerpos yacen dormidos, encarnan ellos en los cuerpos de los hombres. Enseñando y guiando hacia delante y hacia arriba, de la oscuridad a la luz.

Ahí en los Salones de la Vida, llenos con su sabiduría, no conocidos por las razas del hombre, viviendo por siempre bajo el frío fuego de la vida, se sientan los Hijos de la Luz. Veces hay en las que cuando se despiertan, salen desde las profundidades para ser luces entre los hombres, infinitos ellos entre los hombres finitos.

El que por progreso ha surgido de la oscuridad, que se ha elevado de la noche hacia la luz, liberado es de los Salones de Amenti, libre de la Flor de la Luz y de la Vida. Guiado entonces, por la sabiduría y el conocimiento, pasa de los hombres a los Maestros de la Vida.

Ahí él puede habitar como uno con los Maestros, libre de las ataduras de la oscuridad de la noche. Sentados dentro de la flor del resplandor están Siete Señores del Espacio-Tiempo sobre nosotros, ayudando y guiando a través de la Sabiduría infinita, el camino a través del tiempo de los hijos de los hombres.

Poderosos y extraños, ellos, velados con su poder, silenciosos, todo sapientes, atrayendo la fuerza de Vida, diferentes no obstante uno con los hijos de los hombres. Sí, diferentes, y no obstante Uno con los Hijos de la Luz.

Custodios y guardianes de la fuerza de la esclavitud del hombre, listos para soltarse cuando la luz haya sido alcanzada. Primero y muy poderoso, se sienta la Presencia Cubierta, Señor de Señores, el Nueve infinito, sobre los otros de cada uno de los Señores de los Ciclos;

Tres, Cuatro, Cinco, y Seis, Siete, Ocho, cada uno con su misión, cada uno con sus poderes, guiando, dirigiendo la densidad del hombre. Ahí se sientan ellos, poderosos y potentes, libres de todo tiempo y espacio.

No de este mundo, no obstante semejantes a él, Hermanos Ancianos ellos, de los hijos de los hombres. Juzgando y pesando, ellos con su sabiduría, observando el progreso de la Luz entre los hombres.

Ahí ante ellos estaba Yo guiado por el Morador, lo observé mezclarse con UNO de arriba.

Entonces de ÉL surgió una voz diciendo: “Grande eres tú, Thoth, entre los hijos de los hombres. Libre de ahora en delante de los Salones de Amenti, Maestro de la Vida entre los hijos de los hombres. No pruebes la muerte excepto si lo deseas, bebe tu Vida hasta el fin de la Eternidad, de ahora en adelante está la Vida, tú mismo tómala. De ahora en adelante la Muerte está al llamado de tu mano.

Mora aquí o sal de aquí cuando lo desees, libre es Amenti para el Sol del hombre. Toma tu Vida en la forma que desees, Hijo de la Luz que ha crecido entre los hombres. Elige tú el trabajo, puesto que todos deberían laborar, nunca estar libres del camino de la Luz.

Un paso tú has ganado en gran camino hacia arriba, infinita ahora es la montaña de la Luz. Cada paso que tomaste no hace más que engrandecer la montaña; todo tu progreso engrandece más la meta.

Alcanza la siempre infinita Sabiduría, siempre ante ti reside la meta. Liberado ahora estás de los Salones de Amenti para caminar mano a mano con los Señores del mundo, uno en un propósito, trabajando juntos, trayendo la Luz a los hijos de los hombres”.

Entonces de su trono vino uno de los Maestros, tomando mi mano y guiándome hacia delante, a través de los Salones de la profunda tierra escondida. Me guió él a través de los Salones de Amenti, mostrándome los misterios que no son conocidos para el hombre.

A través del oscuro pasaje, hacia abajo él me guió, hacia el Salón que es sitio es la oscura Muerte. Vasto como el espacio yace el gran Salón ante mí, con paredes de oscuridad pero no obstante llenas con Luz.

Ante mí se elevó un gran trono de oscuridad, velado en él estaba sentada una figura de la noche. Más oscura que la oscuridad sentada la gran figura, oscura con una oscuridad que no es de la noche. Ante ella entonces el Maestro pausó, diciendo

La Palabra que provoca Vida, diciendo: “Oh, maestro de la oscuridad, guía del camino de la Vida a la Vida, ante ti traigo un Sol de la mañana. No lo toques alguna vez con el poder de la noche. No llames a su flama a la oscuridad de la noche. Conócelo, y míralo, uno de nuestros hermanos, elevado desde la oscuridad hacia la Luz. Libera su flama de esta esclavitud, libre deja a su flama a través de la oscuridad de la noche”.

Elevó entonces la mano de la figura, surgió una flama que creció clara y brillante. Dio vueltas rápidamente sobre la cortina de la oscuridad, develando el Salón de la oscuridad de la noche.

Entonces creció en el gran espacio ante mí, flama tras flama, desde el velo de la noche. Incontables millones saltaron ellos ante mí, algunos flameando como flores de fuego.

Otros había que emitían un resplandor tenue, fluyendo pero débilmente fuera de la noche.

Algunos había que caían rápidamente; otros que crecían de una pequeña chispa de luz. Cada uno rodeado por su tenue velo de oscuridad, no obstante flameante con luz que nunca podría ser apagada. Yendo y viniendo como luciérnagas en primavera, llenos con espacio, con Luz y con Vida.

Entonces se oyó una voz, poderosa y solemne, diciendo: “Estas son luces que son almas entre los hombres, creciendo y cayendo, existiendo por siempre, cambiando no obstante viviendo, a través de la muerte hacia la vida. Cuando han florecido, alcanzado el momento cumbre del crecimiento en su vida, rápidamente entonces envío mi velo de oscuridad, envolviendo y cambiando a nuevas formas de vida.

Continuamente hacia arriba a través de las eras, creciendo, expandiéndose en todavía otra flama, iluminando la oscuridad con aún un poder más grande, apagado no obstante encendido por el velo de la noche.

Así crece el alma del hombre siempre hacia arriba, apagada no obstante encendida por la oscuridad de la noche.

Yo, la Muerte, vengo, y no obstante no me quedo, puesto que la vida eterna existe en el TODO; solamente un obstáculo, Yo en el camino, rápido para ser conquistada por la luz infinita.

Despierta, Oh flama que arde siempre hacia el interior, surge y conquista el velo de la noche”.

Entonces en el medio de las flamas en la oscuridad surgió una que empujó la noche, flameando, expandiéndose, siempre muy brillante, hasta que al fin no fue nada sólo Luz.

Entonces mi guía habló, la voz del maestro: Mira tu propia alma mientras crece en la luz, libérate ahora para siempre del Señor de la noche.

Hacia delante me guió a través de muchos grandes espacios llenos con los misterios de los Hijos de la Luz; misterios de los cuales el hombre quizá nunca conozca hasta que él, también, sea un Hijo de la Luz.

Retrocediendo entonces ÉL me guió hacia la Luz del salón de la Luz. Me arrodillé entonces ante los grandes Maestros, Señores de TODO de los ciclos de arriba.

Habló ÉL entonces con palabras de gran poder diciendo:

Liberado has sido de los Salones de Amenti. Elige tú el trabajo entre los hijos de los hombres.

Entonces hablé yo:
Oh, gran maestro, permítame ser un maestro de los hombres, guiarlos hacia delante y arriba hasta que ellos, también, sean luces entre los hombres; liberados del velo de la noche que los rodea, flameando con luz que brillará entre los hombres.

Me habló entonces la voz:
Anda, como sea tu voluntad. Así sea decretado. Maestro eres tú de tu destino, libre de tomar o rechazar como sea tu voluntad. Toma tu poder, toma tu sabiduría. Brilla como una luz entre los hijos de los hombres.

Hacia arriba entonces, me guió el Morador. Habité de nuevo entre los hijos de los hombres, enseñando y mostrando algo de mi sabiduría; Hijo de la Luz, un fuego entre los hombres.

Ahora nuevamente piso el camino hacia abajo, buscando la luz en la oscuridad de la noche. Los marco y los guardo, preserven mi registro, guía será para los hijos de los hombres.

Las Tablas Esmeralda de Thoth – Tabla 3

La Clave de la Sabiduría

Yo, Thoth, El Atlante, doy mi sabiduría, doy mi conocimiento, doy mi poder. Libremente lo doy a los hijos de los hombres. Dado eso que ellos, también, tengan sabiduría para brillar desde el velo de la noche a través del mundo.

La sabiduría es poder y el poder es sabiduría, una con la otra, perfeccionando el todo.

No seas orgulloso, Oh hombre, en tu sabiduría. Conversa con el ignorante así como también con el sabio. Si alguien llega a ti lleno de conocimiento, escucha y pon atención, puesto que la sabiduría es todo.

No te mantengas en silencio cuando lo malo sea hablado por Verdad, como el sol brilla sobre todo. Aquel que sobrepasare la Ley castigado será, puesto que solamente a través de la Ley llega la libertad de los hombres. Que no te cause miedo, ya que el miedo es un límite, un grillete que ata a los hombres a la oscuridad.

Sigue tu corazón durante tu vida. Haz más de lo que es esperado de ti. Cuando hayas ganado riquezas, sigue tu corazón, puesto que éstas de provecho no son si tu corazón está cansado. No disminuyas el tiempo de seguir a tu corazón. Es aborrecimiento del alma.

Aquellos que son guiados no se pierden, pero esos que están perdidos no pueden encontrar un sendero recto. Si andas entre los hombres, hazlo por ti mismo, Ama, el inicio y el fin del corazón.

Si alguien viniere a ti por consejo, deja que hable libremente, que aquello por lo que ha venido a ti sea hecho. Si duda en abrir su corazón a ti, es por causa tuya, el juicio, es incorrecto.

No repitas un diálogo extravagante, ni lo escuches, puesto que es la palabra de uno que no está en equilibrio. No hables de eso, para que el que esté frente a ti conozca la sabiduría.

El silencio es de gran beneficio. Una abundancia de diálogo no es de provecho. No exaltes tu corazón sobre los hijos de los hombres, para que no sea llevado más abajo que el polvo.

Si eres grande entre los hombres, sé honrado por el conocimiento y la gentileza. Si buscas conocer la naturaleza de un amigo, no pidas su compañía, sino pasa un tiempo a solas con él. Debate con él, probando su corazón por sus palabras y su porte.

Eso que va a guardarse debe surgir, y las cosas que son tuyas deben compartirse con un amigo.

El conocimiento considerado por el tonto como ignorancia, y las cosas que son de provecho son hirientes para él. Él vive en la muerte. Es, por lo tanto, su alimento.

El hombre sabio permite que su corazón se desborde, pero mantiene en silencio su boca. Oh hombre, escucha a la voz de la sabiduría, escucha a la voz de la luz.

Misterios existen en el Cosmos que revelados llenan al mundo con su luz. Permitan al que sería libre de los límites de la oscuridad primero distinga lo material de lo no material, el fuego de la tierra, puesto que sepan que cuando la tierra desciende a la tierra, así también el fuego desciende sobre el fuego y se vuelve uno con el fuego. Aquel que conoce el fuego que está en su interior ascenderá hacia el fuego eterno y morará en él eternamente.

El fuego, el fuego interno, es la más potente de toda fuerza, puesto que sobrepasa las cosas y penetra a todas las cosas de la Tierra. El hombre se soporta solamente hasta donde pueda resistir. Así que la Tierra debe resistir al hombre si no existiera.

Todos los ojos no ven con la misma visión, puesto que para uno un objeto parece de una forma y color y diferente para el ojo de otro. Así también el fuego infinito, cambiando de color a color, nunca es el mismo día a día.

Así, hablo yo, THOTH, de mi sabiduría, puesto que un hombre es un fuego ardiendo a través de la noche; nunca es apagado en el velo de la oscuridad, nunca es apagado por el velo de la noche.

Dentro de los corazones de los hombres, busqué mi sabiduría, no los encontré libres de la esclavitud de la disputa. Liberen de las dificultades, a su fuego, oh mi hermano, ¡para que no sean sepultados en la sombra de la noche!

Escucha, oh hombre, y escucha esta sabiduría: ¿en dónde termina el nombre y la forma? Solamente en la conciencia, invisible, una fuera infinita de resplandor brilla. Las formas que creas iluminando su visión son verdaderamente efectos que siguen tu causa.

El hombre es una estrella ligada a un cuerpo, hasta el final, él es liberado a través de su contienda. Solamente por medio de lucha y trabajo lo más duro que puedas, la estrella dentro de ti brotará a una nueva vida. Para el que conoce el comienzo de todas las cosas, libre es su estrella del reino de la noche.

Recuerda, oh hombre, que todo lo que existe solamente es otra forma de eso que no existe. Todo lo que tiene ser está pasando a otro ser y tu mismo no eres una excepción.

Considera la Ley, puesto que todo es Ley. No busques eso que no sea de la Ley, puesto que tal cosa existe solamente en las ilusiones de los sentidos. La sabiduría llega a todos sus hijos incluso cuando ellos vienen a la sabiduría.

Todo a través de las eras, ha sido escondido de la luz. Despierta, oh hombre, y se sabio.

En lo profundo de los misterios de la vida he viajado, buscando e indagando eso que está escondido.

Escúchate, oh hombre, y se sabio. Lejos debajo de la corteza terrestre, en los Salones de Amenti, misterios vi que están escondidos de los hombres.

Con frecuencia he caminado por el profundo pasaje escondido, mirado en la Luz que es la Vida entre los hombres. Ahí debajo de las flores de la Vida siempre viviente, busqué los corazones y los secretos de los hombres. Encontré que el hombre está viviendo en la oscuridad, la luz del gran fuego está escondida en el interior.

Ante los Señores de la escondida Amenti aprendí la sabiduría que doy a los hombres.

Maestros son ellos de la gran Sabiduría Secreta, traída del futuro del fin de la infinidad. Siete son ellos, los Señores de Amenti, señores ellos de los Niños de la Mañana, Soles de los ciclos, Maestros de Sabiduría.

¿No están formados ellos como los hijos de los hombres? TRES, CUATRO, CINCO Y SEIS, SIETE, OCHO, NUEVE son los títulos de los Maestros de los hombres.

Del distante futuro, sin forma no obstante formándose, llegaron ellos como maestros para los hijos de los hombres. Viven ellos para siempre, no obstante no de la vida, sin lazos a la vida y no obstante libres de la muerte.

Gobiernan ellos para siempre con infinita sabiduría, ligados sin estar ligados a los oscuros Salones de la Muerte. La vida que ellos tienen, vida que no es vida, libres de todo ellos son los Señores del TODO.

De ellos surgió el Logos, instrumentos ellos del poder sobre todo. Vasto es su semblante, no obstante escondidos en la pequeñez, formados por una formación, conocidos pero desconocidos.

TRES mantiene la clave de toda la magia escondida, creador él de los salones de los Muertos; enviando poder, envolviendo con oscuridad, atando a las almas de los hijos de los hombres; enviando la oscuridad, atando la fuerza del alma; director de lo negativo de los hijos de los hombres.

CUATRO es el que suelta el poder. Señor, él, de la Vida de los hijos de los hombres. La luz es su cuerpo, la flama es su semblante; libertador de almas para los hijos de los hombres.

CINCO es el maestro, el Señor de toda la magia – Llave a La Palabra que resuena entre los hombres.

SEIS es el Señor de la Luz, el camino oculto, camino de las almas de los hijos de los hombres.

SIETE es aquel que es el Señor de la vastedad, maestro del Espacio y la llave de los Tiempos.

OCHO es el que pone orden al progreso; pesa y equilibra el viaje de los hombres.

NUEVE es el padre, vasto es su semblante, formándose y cambiando de lo que no tiene forma.

Medita sobre los símbolos que te doy. Claves son ellos, aunque escondidas de los hombres.

Ve siempre hacia arriba, oh Alma de la mañana. Gira tus pensamientos hacia la Luz y la Vida. Encuentra las claves de los números que te traigo, ilumina el camino de la vida hacia la vida.

Busca con sabiduría. Lleva tus pensamientos al interior. No cierres tu mente a la flor de la Luz.

Coloca en tu cuerpo una imagen formada de pensamiento. Piensa en los números que te guían a la Vida.

Claro es el camino al que tiene sabiduría. Abre la puerta al Reino de la Luz.

Vierte tu flama como un Sol de la mañana. Apaga la oscuridad y vive en el día.

Toma, ¡oh hombre! Como parte de tu ser, a los Siete que son pero no son como parecen. He abierto, ¡oh hombre!, yo mi sabiduría. Sigue el camino en la forma que he guiado.

Maestros de Sabiduría. SOL de la LUZ DE LA MAÑANA y VIDA para los hijos de los hombres.

Continua en Toth el Atlante – Las Tablas Esmeralda – 2º Parte

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