Jesús El Cristo el Gran Maestro Metafísico

El nacimiento de Jesús según nos dice la Biblia, fue para salvar a la humanidad de su extinción, como lo afirma el Apóstol San Pablo: «Así como en Adán todos murieron, así en Cristo todos tendrán vida».

«Cristo en ti, tu esperanza de gloria», dice San Pablo. Pero él no se está refiriendo a Jesús el hombre. Jesús descubrió El Principio Crístico dentro de él mismo y así lo reveló, que este Principio Crístico estaba incluido en toda la humanidad. Implantado en cada uno de nosotros- la imagen de perfección de Dios tiene de cada uno de nosotros. Jesús, el hombre, es el nombre que representa una expresión individual de la Idea Cristo. Estudios psicológicos de todo esto nos prueban que es virtualmente cierto.

No confundas el concepto de afirmar el Cristo interno con la aceptación tradicional de Jesucristo, por que Jesús el Cristo, fue el hombre que alcanzó la consciencia Crística, el hombre que se volvió Divino al encontrar su unidad con Dios. Él descubrió el potencial innato que existe dentro de todos los hombres, no solamente en él mismo. Cristo es la auto vivencia de Dios en el hombre. Es la relación individual de unidad permanente entre Dios y el hombre.

Cristo es la imagen de perfección de la Creación Divina que existe en cada uno de nosotros. El Maestro estaba tan consciente de ésta unidad con su Padre, que en su conciencia Crística no existía separación alguna de todo lo creado por Dios, y eventualmente no podríamos decir dónde empezaba el uno y terminaba el otro. Tú debes de clarificar muy bien en tu mente estos conceptos para que no exista ninguna duda o confusión acerca de Jesús el hombre, y Cristo la perfección divina en cada hombre y mujer; por ejemplo

1. Jesús: Fue el hombre humano como tú y yo.

2. Jesucristo: Representa a Jesús, El Cristo; el hombre que alcanzó la Conciencia Crística. Nuestra unidad permanente con Dios.

3. Cristo: Es la Idea perfecta que Dios tiene en Su Mente de Su Creación, -cada uno de nosotros- una individualización de Si Mismo. Dios tiene el poder de multiplicarse a Si Mismo, mas no se divide.

La diferencia que existe entre Jesús y nosotros no es de potencialidad espiritual, ya que todos poseemos nuestra inherente herencia divina. La diferencia está en la demostración que él hizo de este descubrimiento. Pero recuerda que él dijo que nosotros también lo podíamos hacer si seguíamos sus enseñanzas. Porque de hecho todos nosotros somos seres espirituales, por consiguiente somos un Cristo en potencia.

Desafortunada-mente son muy pocos los que sabemos esto y menos aún los que tiene éxito de expresar la perfección del Cristo morador como lo hizo Jesús. Él estimuló a cada hombre a ver el bien, lo bueno en cada semejante con quien tuviesen contacto y esto significa que aún hoy, nos está diciendo también a nosotros:

«Tú ya no eres más un pobre pecador», claro que en el pasado cometiste pecados- errores y faltas-, pero tú ya has pagado por ello, puesto que has sufrido al darte cuenta de todo esto. Por lo tanto, libérate ahora de esa carga mental de remordimientos y temores, o angustias por lo sucedido en el pasado. ¡Olvídalo, eso ya está pagado, liquidado!- porque el pasado no tiene ningún poder sobre tu presente si tú realmente lo olvidas. Al perdonarte a ti mismo por esas faltas, tú ahora eres un ser libre, sin pecado ni mancha, porque reconoces y aceptas que eres un Hijo de Dios; hecho a Su imagen y semejanza. Por lo tanto, eres un ser dotado de cualidades y virtudes. Si logras mantener todo el tiempo en tu mente ese nuevo concepto, entonces tú manifestarás tus dones y atributos, que son tu herencia divina; al igual que yo lo hice»,

En sus enseñanzas Jesús estaba preparando a los hombres para que fueran salvadores como él lo estaba siendo, mas no que los hombres pensaran que a través de él o ellos, podrían salvar sus almas. Él sabía que cada quien es su propio salvador, ya que Dios es personal para cada cual y que la Ley Mental al ser impersonal, sólo nos dará el resultado según nuestra fe, creencia y aceptación de las cosas que hayamos seleccionado o decretado. Por esta razón el dijo » Te será dado, en la medida en que tú creas«

Muchas personas piensan que Jesús -el hombre- vendrá a salvarlos, y ahí están poniendo su fe y esperanza, pero para los que hemos comprendido la verdad acerca de Jesús y sus enseñanzas, sabemos que el Maestro no vendrá a salvarlos; que lo que los salvará es el seguir sus enseñanzas, sobre todo el practicarlas en el diario vivir porque mientras sigan aceptando falsas creencias, no podrán ser libres como él dijo: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». (Juan 8:32).

Libres precisamente de falsas creencias, limitaciones y sugestiones. Jesús no vino a fundar una nueva religión sobre él mismo como nos han hecho saber y creer. Él dijo: «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir». (Mateo 5:17).

Él lo probó o cumplió primeramente en su persona y entonces salió a compartir su descubrimiento diciendo que todos podíamos hacer lo que él había logrado, porque todos tenemos el mismo poder que él usó. Porque Todos éramos hijos del mismo Padre y que «Es el placer del Padre, daros el Reino».

Su enseñanza es simple y práctica. Él no formuló ningún credo, tampoco doctrina, ni ordenó prácticas ceremoniales o ritos. Tampoco enseño teología ni ordenó cierto tipo de vestimentas «especiales». Él estaba en contra de todo eso. Por el contrario, ordenó muy enfáticamente a sus discípulos: «Mas vosotros no queráis ser llamados Rabí: porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos».

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