Trabajo y Sacrificio

Queridos y Estimados Amigos en la Luz, es necesario entender y comprender, si tu deseo es la Evolución Espiritual, que es por el único propósito que nos encontramos aquí, en esta Amada y Dulce Tierra, iras Evolucionando a través del Conocimiento de la Adecuada Lectura, y ese Conocimiento, se logra con Trabajo y Sacrificio, no existe otra forma de lograrlo.

¡Y porque te hago mención al Trabajo y Sacrificio?, porque las Hueste Celestiales, siempre se encuentran predispuesta, cuando nosotros, los Seres Humanos, deseamos, previo entendimiento, la Evolución Espiritual, ¿o acaso tú te piensas?, que todos los Seres que han pasado por este Plano, y han Evolucionado, ¿no le ha costado hacerlo?, señores, sin Trabajo y Sacrificio no se obtiene nada.

Otra cosa que deberías entender, que el hábito no hace al monje, con estas sencillas palabras, te sintetizo que por más que utilices colores, liturgias y posturas, si en ese deseo de Evolucionar, no  aplicas el Amor, hacia tus Semejantes, dificulto que logres algo.

Ten presente, que en la medida, que vayas intensificado el Trabajo y Sacrificio, el cual será para tu propia Evolución, también será mayor el Sacrificio que debas de entregar a tus Semejantes, ¿y te preguntaras porque?, te lo respondo, porque Evolución, es sinónimo de Servicio, y nuestro Servicio, consiste en Dar de Gracia, lo que hemos recibido en Gracia de DIOS. El Servicio, nace por Amor a nuestros Semejantes, y todos nuestros Semejantes, también tienen el mismo derecho de Evolucionar.

En la medida que tu Servicio, sea en forma desinteresada y por Amor, tenlo por seguro, que lograras la tan ansiada Evolución Espiritual.

Despójate del egoísmo, y preceptos obsoletos, y dogmas arcaicos, la Energía Avanza, no es estática, esa Energía manifestada, es el Flujo Carismático de DIOS, nuestro Padre Madre Creador.

Debemos prestar un Servicio hacia la Raza, como lo hizo nuestro Hermano Mayor, Jesús El Cristo, o Lord Sananda, Regente Universal.

“Padre Madre DIOS, mi Creador, que siempre sea tu Voluntad, y jamás la mía”

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