Thoth el Atlante, Etey y Ptahhotep
Libro de los Nacidos en la Luz.
Revelaciones de los Divinos Atlantes
- Anotado por Anna Zubkova
- Editor de la versión rusa
Dr. Vladimir Antonov - Con comentarios de
Pitágoras, Elisabeth Haich y Vladimir Antonov - Traducido por Juan-Cruz Aguirre
Los Maestros Divinos que vivieron en la Atlántida siguen dando Su Conocimiento a las personas que habitan la Tierra hoy día. Ellos enseñan, entre otras cosas, acerca de los principios de la educación espiritual, sobre la evolución de la conciencia y sobre el significado de nuestras vidas, así como sobre su realización.
Lámpara uno:
Hay un solo Dios, el Creador de todo
lo existente en el universo «manifestado»
El Creador hizo el mundo «manifestado» a partir del «caos» y lo ordenó de acuerdo con las leyes de la Armonía.
El Creador tiene poder sobre todas las cosas, sobre todos los seres, en todas partes.
Él es el Resplandeciente Espíritu, Quien tiene muchos nombres, Quien es el Uno, Quien contiene dentro de Sí Mismo a Aquellos Que han llegado a Él. Él es también el Creador y el Pastor Cariñoso de todas las almas.
Todas las formas materiales aparecen desde el Gran No Manifestado conforme a la Voluntad del Creador y luego desaparecen en el No Manifestado.
Los himnos órficos dedicados al Creador decían así:
«¡Dios es Aquel Que inicia la Creación y Aquel Que la termina!
»¡Dios es el Omnipotente Poseedor del Fuego Creador!
»¡Dios es Poderoso, Primordial, y el Más Luminoso!
»¡Dios es la Fuente Viviente para todas las criaturas!
»¡Dios es los Cimientos de la Tierra y de todo cuanto existe en ella!
»¡Dios es el Padre de todas las personas y de todos los Inmortales!
»¡Dios es el Dueño y Progenitor de todos los seres y todas las cosas!
»¡Dios es el Creador de las estrellas, de los planetas y de todo el universo material!
»¡Dios es la Luz y la Fuente de todo aquello que brilla!
»¡Dios es la Transparencia y la Claridad tras de todos los colores del mundo!
»¡Dios es cognoscible pero oculto de la vista corporal!
»¡Dios es el Sempiterno, el Glorioso, Aquel Quien tiene Poder sobre todo y sobre todos!
»¡Dios es Omnisciente y Omnipresente!
»¡Dios es el Poder Unido, la Unidad de la Multitud!
»¡Dios es el Omnicreativo Poder del Amor!»
Lámpara dos:
El lugar del ser humano entre
la Creación y el Creador
Cada persona es inseparable de cada cosa que existe en el universo multidimensional infinito.
Las almas se visten con las envolturas de la materia densa y después se las quitan. Las almas crecen durante las encarnaciones, ascendiendo por la escalera de la Evolución.
Un ser humano es el más alto estadio de desarrollo entre las almas, pues un ser humano es capaz de alcanzar el estado Divino de conciencia y la Inmortalidad en el Creador. Un alma obtiene la Inmortalidad a través del completo cumplimiento de su predestinación, es decir, mediante el proceso de convertirse en idéntico al Creador y uniéndose con Él.
En el interior de una persona «promedio» existen tanto elementos animales como Divinos. El propósito de las personas es destruir las propiedades inferiores dentro de sí mismos y desarrollar las propiedades Divinas. Es esta la manera como ingresan en la Más Elevada Esfera de la Vida, la Vida en Unidad con el Creador.
Para ello uno debería aprender, entre otras cosas, a percibir y conocer las dimensiones espaciales intangibles, incluyendo la dimensión espacial del Creador. Esto es una realidad. Por añadidura, es algo destinado a suceder en el desarrollo de un alma.
La materia, o el plano material, no es más que una «cobertura» bajo la cual tiene lugar la vida y el desarrollo de la Conciencia Universal.
Así que, en aras de lograr la liberación del alma, encadenada —a causa de su falta de desarrollo— a la prisión del cuerpo, es necesario iniciar un proceso de purificación y, después, de crecimiento y transformación a través del desarrollo de las propiedades Divinas y las cualidades en uno mismo.
Lámpara tres:
Un alma viene a la Tierra muchas veces
Un alma asciende —a lo largo de los peldaños del crecimiento— hacia la Unidad con la Luz Más Sutil.
Cada alma humana hace su viaje a la vida en el plano material muchas veces, y luego regresa a los mundos de la vida incorpórea. Su existencia en las dimensiones espaciales intangibles le permite a un alma madura mirar hacia atrás en su pasado a fin de comprender los resultados de su vida en el cuerpo y empezar a anhelar corregir sus errores. Y es entonces cuando se planifica un nuevo viaje al mundo de los cuerpos densos y tiene lugar su nueva encarnación.
La mayoría de las almas encarnadas se olvidan de sus vidas sin cuerpos. Tal es la Intención de Dios, puesto que la memoria sobre los pasados errores o logros puede ser demasiado pesada para el alma. Sólo las Grandes Almas conocen Su pasado y presente, y pueden ver Su posible futuro.
Precisamente en las inmediaciones del Gran Umbral, Dios despliega ante un alma digna el conocimiento acerca de lo que fue significativo en sus pasadas encarnaciones. Después se produce la reunificación con Kundalini, y la experiencia y la fuerza del pasado queda conectada con el presente de tal manera que el alma pueda superar los futuros peldaños del desarrollo, uno de los cuales es el conocimiento del Creador y la Unión con Él.
Con todo, es necesario para cualquier persona ser consciente del hecho de que el alma recorre un largo camino que consiste en diferentes encarnaciones durante su ascenso evolutivo.
La «rueda de la existencia», desde el nacimiento hasta la muerte; desde la muerte hasta el nacimiento en un nuevo cuerpo, es un necesario e inevitable círculo. Sin el desarrollo en las diferentes vidas en los cuerpos no es posible obtener la Libertad y la Perfección.
Es en las dimensiones espaciales intangibles del infierno y el paraíso, así como en el grisáceo plano astral intermedio, donde las almas viven entre encarnaciones.
Después de la separación de sus cuerpos, maravillosos, inefablemente dichosos estados paradisíacos aguardan a los que viven de acuerdo con las leyes de Dios, quienes hacen sólo el bien y son estables en los estados sublimes, nobles, armoniosos, alegres y amorosos.
Por el contrario, el infierno espera a aquellas personas despiadadas que viven en las emociones de la ira y el odio. Así y todo, este estado no dura para siempre: sólo es necesario para ayudarles a reconocer el mal que hay en sí mismos y también, quizás, para persuadirles de su necesidad de comenzar una vida diferente en sus siguientes encarnaciones.
Las reencarnaciones de las personas están controladas por Dios. La Suprema Justicia determina qué destino tendrá cada alma en su próxima encarnación.
Las almas no reencarnan sólo en cuerpos de seres humanos. Antes de eso, cada alma estuvo encarnada en los cuerpos de las plantas y, más adelante, de los animales. Sólo después de esto se vuelve un alma lo bastante madura como para nacer en un cuerpo humano.
Todo el mundo debería saber que antes de haber nacido como un humano, él o ella vivió en los cuerpos de las plantas y, a continuación, de los animales. Es importante tener conocimiento de esto con el fin de entender el hecho de que cualquier planta o animal que vemos es como un alma niña, creciendo y madurando para nacer más adelante como un ser humano.
Las almas jóvenes que crecen en los cuerpos de las plantas y animales también pasan a través de sus etapas de crecimiento y desarrollo; ¡esta es la razón por la cual deberíamos tratarlos con amor!
Cuando tenemos que utilizar las plantas, ¡debemos hacerlo con cuidado y sin causarles daño innecesario!
Deberíamos entender que, para las personas que se han elevado por encima del nivel de los animales predadores, existe una necesidad de evitar matar animales y comer su carne. Seguir el principio de la nutrición «sin matanza» es una de las condiciones esenciales para una vida ética y pura. ¡Todas las personas deben saber esto!
Lámpara cuatro:
La ética es el primer paso de la purificación
Aquel que está llamando a la puerta de la Verdad, que quiere acercarse y entrar en el Templo de la Divina Existencia, debe tener la más pura ética.
La ética no fue inventada por los sacerdotes con el fin de controlar a la multitud. Es la Ley Divina que le permite a uno ascender hacia la Luz. Es el primer peldaño ¡que no puede ser eludido! Una persona que no haya aceptado las leyes éticas y no haya hecho de ellas parte de su propia existencia no puede ascender a la Luz, incluso si él o ella posee un gran poder…
Uno de los pasos iniciales en la autopurificación es aceptar en la propia vida la nutrición «sin matanza» desde ambos puntos de vista: ético y de la energía. Aquel que es capaz de amar no causará de ninguna manera la matanza de aquellos seres que sienten el dolor de un modo intensivo; quien esté capacitado para amar ¡no comerá los cuerpos de los animales!
Los preceptos ascéticos de los órficos eran estrictos y llenos de significado:
—Aquél que ha empezado el Camino ¡debe luchar contra el mal en sí mismo!
—Los pensamientos ¡deben ser puros! La pureza de los pensamientos es la base para las acciones rectas.
—Todas las acciones sin excepción ¡deben ser justas!
—La virtud ¡es hacer el bien! La virtud ¡es servir a Dios ayudando a la gente en su progreso en el Camino hacia la luz!
—Aquel que perturba la armonía trae destrucción y muerte tanto a sí mismo como a los demás.
—Crear armonía es dar a las personas amor y belleza.
—La brevedad de un sabio manifiesta la belleza de la calma.
—Héroes son ¡los que vencen en sí mismos a los monstruos del odio, el miedo, la venganza, la discordia, la pereza y el orgullo!
—La desgracia de las personas está en su sujeción a su carne. En los estrechos límites del cuerpo, ¡un alma puede llevar únicamente una existencia miserable! ¡Un alma que vive en el cuerpo está siempre deprimida! Incluso después de la muerte, ¡tal alma no llegará a ser libre de este estado! ¡La única solución es aspirar ante todo a la perfección Divina!
—Uno encuentra la Bendición en la alada ascensión del alma ¡a medida que uno hace realidad en la práctica la aspiración hacia la Perfección, para la Unión con la Luz del Creador!
—Un Santo o Iluminado es Aquel Que ha encontrado la Luz Divina y se ha convertido en Ella, incluso dentro de su propio cuerpo material.
Lámpara Cinco:
El Amor es el estado de Dios;
quien recorre el Camino se acerca al Creador
mediante los peldaños del Amor.
Hay un lugar donde Dios puede morar en un humano: es el chakra central anahata, el lugar de nacimiento del corazón espiritual.
El corazón espiritual puede y debería convertirse en la morada, en el centro de la Divinidad en cada persona. Aquí es donde se puede empezar a desarrollar el amor como estado del alma.
Cuando trabajamos para Dios, nuestro amor-devoción hacia Él crece.
Cuando Le amamos, nos acercamos a Él directamente.
En los mundos más sutiles no existen las distancias en el sentido terrenal; Dios entra en la vida de cada alma que Le ama.
El corazón espiritual es la fuente de hesychia o silencio interior. El corazón espiritual es también la puerta a la Luz. Cuando esta puerta es abierta, Dios, Que es Amor, ¡llena con Su Resplandor el silencio de un alma como esa!
¡El amor fluye desde el corazón espiritual de esta persona y llena la vida dentro y alrededor de ella con luz y paz, armonía y serenidad!
* * *
En las Enseñanzas órficas, abrir el corazón espiritual era importante para la creación de un diapasón para el alma.
El sonido de la gama entera de las emociones positivas en la lira de siete cuerdas del organismo humano es sintonizado con la ayuda del corazón espiritual. Los siete chakras del organismo pueden sonar de forma armónica ¡sólo si están en sintonía con el estado de amor del corazón!
Y entonces, tocando el propio instrumento, es decir, el cuerpo, con el alma-luz, uno puede inducir en los oyentes esos estados emocionales que se transmiten por medio de uno en calidad de alma-luz. Esta es la capacidad para transformar el espacio circundante, llenándolo de amor y armonía. Y el poder de esta habilidad crecerá con el crecimiento del alma.
Lámpara Seis:
¡Hombre-Dios es posible!
Una persona encarnada puede llegar a ser libre de la prisión del cuerpo y de estar encadenada a la materia densa.
También puede empezar a vivir en la Luz Divina, percibirse a sí misma como Luz Divina y actuar desde la Luz Divina.
Sin embargo, tal Ascenso a la Luz puede ser realizado sólo si uno anhela llegar a esa Luz.
¡La Totalidad de la Libertad Divina y la Divina Inmortalidad aguardan a aquél que vive impecablemente y conoce la Unidad con el Creador!
El propósito de tal persona es ser el Mesías, el encarnado Mensajero del Creador, y llevar el Supremo Conocimiento a las gentes, así como guiar a los dignos de manera tal que puedan tener su nuevo Nacimiento en la Luz.
Teniendo el cuerpo material también es posible elevarse al nivel más alto del desarrollo de la conciencia y convertirse en Hombre-Dios, es decir, Parte del Creador. El Hombre-Dios puede manifestar para la gente encarnada ¡no sólo la Sutileza Divina, la Pureza, y la Sabiduría, sino también el Poder Divino! El Hombre-Dios es el Mesías.
Lámpara Siete:
La creatividad es una manera de transformar
el Alma en la Llama Creativa
Una persona puede acercarse al estado de la Divinidad a través de la creatividad, abarcando las artes.
El arte tiene un gran poder de influencia.
Aquel que logró la Unión con el Unido Uno tiene la capacidad de influir a otras almas con el propio Fuego del Alma a través del arte.
Crear ¡es muy útil para el desarrollo del alma! Cuando una persona aprende arte —ya sea música, danza, escultura o algo más— adquiere dominio de las habilidades y destrezas de un creador ¡y absorbe gradualmente las partículas de las cualidades del Creador!
Un trabajo creativo también le da una gran oportunidad para aprende a amar.
Y el amor, a su vez, ayuda a dominar la creatividad.
Lo que tú creas sin amor es una creación «muerta». Un alma puede en verdad crear únicamente cuando arde con amor. Semejante amor a veces es llamado inspiración.
Sólo el amor te permite comprender, aprender y manifestar las leyes de la Armonía.
La belleza interior de un o una artista y el poder de su inspiración no son unos «regalos de los dioses», sino el resultado del trabajo del alma en la transformación de sí misma en Luz.
Dios ha creado el mundo «manifestado» de acuerdo a las leyes de la Belleza. ¡Y la belleza de la naturaleza lo demuestra! La belleza de las alboradas y los crepúsculos; la belleza de la perfección de las flores y los árboles; la belleza de los diferentes animales; la belleza de la transparente inmensidad y profundidad de los océanos; la belleza de la majestad de las montañas y del flujo de los ríos, todo ello sin cesar nos está hablando, ¡a nosotros!, acerca de ¡la grandeza y la belleza de la Creación!
Así y todo, la belleza de un alma humana perfecta y su cuerpo no han sido reconocidas aún (por la mayoría de las personas contemporáneas) como la manifestación del Gran Plan del Creador.
Un alma humana tiene una gran posibilidad; la posibilidad de participar en el trabajo creador de Dios; la posibilidad de ¡crear junto con Él! Esto sucede cuando, en el interior del alma, la llama creativa, encendida desde la Llama Divina Unida, comienza a flamear. Es posible hacer esto no sólo en la literatura, la música, la danza, la pintura, la escultura y la arquitectura, sino también en la física, la biología y la exploración de los principios de interacción entre los mundos sutiles y densos… De esta manera uno puede desarrollar el aspecto creativo de sí mismo como conciencia ¡y llegar a ser más semejante al Creador!
Ptahhotep
Llegué a Egipto con Toth el Atlante. Yo estaba entre los atlantes que habían sido enviados allí por la Conciencia Primordial antes de que la Atlántida se hundiera en el océano.
Después de aquello encarné allí dos veces.
El conocimiento superior fue traído a la tierra de Egipto por el gran Toth. Yo fui uno de Aquellos Que continuaron Su trabajo. Repetí la Divina Verdad a las personas que estaban en diferentes niveles de desarrollo. Mantuve la pureza de las Supremas Iniciaciones e intenté hacer las leyes éticas accesibles y comprensibles para todas las personas.
A lo largo de los siglos, las personas han estado explorando los tesoros y la sabiduría de Egipto. Han estado buscando los medios materiales del conocimiento, examinando pruebas y evidencias provenientes de la historia antigua: papiros, tablillas y momias. Sin embargo, existe aquel Viviente Conocimiento acerca del cual las pirámides, las tumbas y la esfinge guardan silencio, puesto que estos colosos materiales del mundo antiguo no son más que los signos que demuestran que el más alto conocimiento existió de verdad en Egipto…
El conocimiento del que estoy hablando no pertenecía exclusivamente al antiguo Egipto, ni a Grecia o la India. Era el conocimiento universal acerca del Indivisible Dios. No fue un descubrimiento o propiedad de alguna nación, estado o civilización en particular. Es uno para todo cuanto existe en el universo, y no sólo para nuestro planeta.
Durante el florecimiento de la civilización atlante, muchas personas encarnadas allí poseían este gran conocimiento. En aquella sociedad era posible explicar de manera diáfana y precisa a las nuevas generaciones las leyes de la Evolución del Espíritu Divino en el universo.
Cuando la Atlántida se hundió en el océano Nosotros procuramos preservar este conocimiento en diversos países de los diferentes continentes. A día de hoy igualmente continuamos haciendo eso mismo.
Ahora voy a tratar de eliminar las «cáscaras» de los mitos y leyendas, apartándolo de aquello que tiene sentido abrir y desplegar ante la gente moderna, para aquellos que quieran transformarse a sí mismos y conocer al Indivisible Dios.
Sí, incluso ahora es posible ponerse al corriente de todo lo que se escribió hace miles de años y escucharlo directamente de Aquellos Que redactaron esos antiguos textos secretos. Ello es así porque ¡las Almas Divinas pueden hablar en cualquier época!
Así pues, los que estén dispuestos a escuchar, ¡que escuchen! Para muchas personas de la Tierra ¡es hora de conocer aquello que era secreto! Ahora es el momento de despertar para muchos de vosotros; el momento de ¡despertar del sueño de la ignorancia y la falta de conciencia!
No presentamos este conocimiento para los historiadores, sino para aquellos que se esfuerzan por ascender hacia la Luz y vivir en la Existencia Sin Límites, llenándose de la Conciencia Superior.
El Camino abierto por este conocimiento consiste en la purificación de uno mismo como alma y la subsiguiente autotransformación, cuyo fin es aprender a conocer el mundo sutil y los mundos más sutiles. Este trabajo puede dar como resultado la Unión con la Conciencia Divina Una, el Creador. Esta es la Unión en la que el alma no pierde su capacidad de percibirse a sí misma, aunque puede hacer esto desde el estado de total Unidad.
Continua en Toth el Atlante – 4º Parte